Como convertirte en un líder carismático – Omicrono

En marketing, ventas y en las grandes empresas conocen muy bien este término. El liderazgo carismático es aquel estilo de liderazgo en el que las personas (o trabajadores) sigue al sujeto (líder) por sus características carismáticas, que le hacen más atractivo, y le constituyen como modelo, guía y persona a seguir como ejemplo. Este tipo de liderazgo consigue un gran nivel de implicación y de resultados.

Los líderes carismáticos son aquellas personas capaces de arrastrar e involucrar a otros en sus proyectos, de motivar con sus ideas, de conseguir “seguidores”. Esto lo consiguen con su actitud y sus actuaciones. El líder carismático fascina al resto con su inteligencia emocional y sus visiones para los proyectos.

Si tú también quieres ser capaz de mover al resto de gente, tener este poder de convicción y esas capacidades de liderazgo hoy vamos a enumerar algunas de las características más relevantes que se consideran propias de los líderes carismáticos, aplicarlas puede suponer un gran avance en tu futuro profesional y, porque no, en el personal también.

Características de los líderes carismáticos:

1- Escuchan: Escuchan de forma activa al resto del grupo o los trabajadores. No toman decisiones sin haber estudiado con el resto todo lo involucrado en esa decisión. Es decir involucran a las personas en el proyecto y valoran sus opiniones (aunque luego decidan no seguirlas todas), pero son buenos comunicadores, haciendo que los demás se sientan valorados y sientan que sus ideas son apreciadas. Hacen que los demás se sientan parte del equipo y de la solución.

2 –  Generan confianza: Confianza basada en su experiencia, su maestría para el puesto y el saber que transmiten. Los fallos reconocidos en estos casos serán perdonados por los subordinados pues serán esporádicos y seguidos por honestidad y asunción de responsabilidad. En cambio los errores frecuentes y encubiertos por el líder (que suelen ser la actitud más común en otros estilos de liderazgo) acabarán desacreditándole y restándole liderazgo.

3 – Son inconformistas: No toleran injusticias y defienden a los suyos ante superiores y otros compañeros. No se cortan en decir lo que piensan si ello va a implicar una mejora colectiva. Defienden sus ideas y tienen un sentido de justicia. Esto hace que los demás se sientan seguros y protegidos.

4 – Asumen riesgos: Toman decisiones arriesgadas pero cuando las cosas no salen como esperaban son los primeros en asumir la responsabilidad y reconocer lo ocurrido. Esa valentía y honradez hace que el resto se sientan seguros, confíen y respeten las decisiones. Aprenden de sus errores.

5 – Tienen una visión de futuro: Ven posibilidades y obtienen éxitos donde otros no alcanzan verlos. Poseen gran instinto e intuición en estas situaciones complejas. Transmiten esa visión de futuro, de evolución, al resto.

6 – Se sacrifican: Alumbran el camino a través del propio ejemplo. No se apartan del trabajo duro y son los que van delante siempre, no mandando lo peor a los empleados. Nadie se opone a realizar algo si el jefe lo ha hecho primero.

7 – Son creativos: Son innovadores, no se cierran puertas siguiendo solo lo pre establecido, sino que lo cuestionan. Su atrevimiento puede aportarles mucho éxito.

8 – Son positivos: Expresan opiniones positivas de su trabajo y de los compañeros. Esto genera buen ambiente. La rivalidad solo aparece en cuanto al propio trabajo, a la intención de mejora permanente y consecución de éxitos.

9 – Hablan de sus éxitos en plural: Son muy conscientes de la importancia del trabajo en equipo y por ello nunca se atribuyen exclusivamente a sí mismos el éxito, sino que lo comparten, valorando el trabajo de todos los compañeros y de la unidad en conjunto. Lo importante es alcanzar un objetivo que se considera común. Así todos desarrollan el papel que la empresa se necesita y no el papel que el líder requiera para su realización personal exclusiva o su propio beneficio.

Además otros truquillos son cuidar el tono de voz (motivador y cautivador), la imagen personal (nunca descuidada), utilizar un vocabulario enfocado a las metas y las acciones pero que no ignora las relaciones, verbalizando la alianza y la confianza, reforzando el éxito de los trabajadores. Estimular y motivar a los trabajadores, influenciándoles con la propia actitud.

Así pues este liderazgo implica mucho trabajo en equipo, colaboración y valoración de los trabajadores, empatía y respeto, innovación y exploración de métodos poco convencionales pero eficientes. Aprovecha la idea de sinergia, que extrapolándola a este campo, entiende que el resultado obtenido de un trabajo conjunto en equipo es mayor que el obtenido como suma del trabajo individual de cada una de sus partes. La interacción positiva y la colaboración añaden un plus de productividad y resultados que son inalcanzables por separado. El líder lo sabe y lo potencia.

Estos líderes son personas sensibles a las necesidades de los demás, con una visión de negocios muy potente. En ocasiones actuando de manera no convencional, pero siendo igualmente seguidos por sus colaboradores, debido a la confianza que transmiten. Toman riesgos personales. Se mojan por la empresa y por el resto.

Los líderes tienen una visión atractiva del proyecto y del trabajo (tanto del presente como del futuro), así como de los demás, una visión que se contagia y transmite y que es lo que les hace tan atractivos con respecto al resto. Transmiten positividad en cuanto a los resultados, con altas expectativas.

El líder carismático, ¿nace o se hace?

Pues como habréis podido deducir, ambas cosas, hay una parte que la persona la tiene ya de por sí, esa agilidad, esa visión innovadora, la extraversión, la personalidad y la confianza en uno mismo es algo que uno tiene o no (aunque de hecho es modificable también con algo de trabajo). Pero muchas otras cosas se pueden desarrollar con el tiempo, como el estilo de comunicación, la forma de trabajo, la sinceridad, etc… Hay gente que lo tendrá más fácil pues ya es así, para otros supondrá un cambio de actitud enorme que requerirá mucha práctica.

¡Yo querría un jefe así! ¿Y tú? ¿Te atreves a ser el jefe perfecto?

Fuente: El ejecutivo agresivo.

Imagen: Pixabay. 

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