¿Cómo y porqué ocurre el embarazo psicológico? – Medciencia

El embarazo fantasma, más conocido como Pseudociesis (‘pseudes’ falso y ‘cesis’ gestación) o embarazo psicológico se da entre 1 y 6 de cada 22.000 embarazos, es por lo tanto poco frecuente pero aún así un fenómeno increíble que demuestra el poder de la mente y su relación con las funciones corporales. Yo personalmente conocí a una chica que lo sufrió y realmente nadie se dio cuenta (ni ella misma claro) hasta que el medico insistió en que no había feto, es sorprendente que algo así pueda ocurrir.

¿Qué es el embarazo psicológico?

Es cuando una mujer cree estar embarazada sin estarlo realmente pero presentando la mayoría de síntomas y signos gestacionales. Puede darse en varones pero es mucho menos frecuente. Los signos que suelen aparecer son:

  • Desaparición de la menstruación o flujo muy ligero.
  • Aumento del volumen abdominal pero sin desaparición del ombligo (permite diagnóstico diferencial con embarazo real). Se produce por la posición de lordosis que toma la mujer y la distensión de los músculos abdominales. También puede deberse a retención de gas, grasa, heces u orina.
  • Cambios en las glándulas mamarias: turgencia, secreción de leche y calostro, cambios en la pigmentación y tamaño.
  • Sensación subjetiva de movimientos fetales.
  • Ablandamiento del cuello uterino con signos de congestión. Aumento del volumen uterino.
  • Nauseas y vómitos. Puede haber estreñimiento y antojos.
  • Aumento de peso (suele ser mayor que el de los embarazos reales).
  • En algunos casos niveles elevados de gonadotropinas (responsables del falso positivo en los test de embarazo caseros).
  • Ansiedad y trastornos del sueño.

No tienen porque aparecer todos los sígnos pero la mayoría suelen estar y hay casos en los que se da el cuadro completo.

La edad media de las mujeres con estos trastornos es de 33 años, dos tercios están casadas y un tercio tuvo otro embarazo anteriormente. También ocurre el embarazo psicológico en otros mamíferos (perros, gatos, etc…).

¿Cómo se detecta?

Como ya hemos dicho a simple vista lo único observable es que no hay desaparición del ombligo y que el aumento de peso es mayor que en un embarazo real.

Un médico puede distinguirlo de un embarazo real a través de un examen médico que evidenciará que no hay latido fetal, y que con las maniobras de Leopold del fondo uterino se sentirá una extrema rigidez al palpar el abdomen. Obviamente el feto no se verá ante ultrasonidos y además nunca habrá parto aunque pueden llegar a sentir contracciones (solo el 1 % de las mujeres que lo padecen llegarán a sufrir un falso parto).

¿Porqué ocurre?

Esta claramente causado por factores psicológicos, entre ellos se barajan:

  • Deseo muy elevado y desmedido de ser madre. Es el factor principal.
  • Fobia a quedarse embarazada con la consiguiente obsesión sobre el tema (lado opuesto al punto anterior).
  • Necesidad de mantener la pareja o establecer lazos especiales.
  • Miedo por haber realizado el acto sexual sin protección (esto ocurre más en adolescentes que acaban de iniciar actividades sexuales o que incluso aún no han iniciado la menstruación de forma regular).
  • Necesidad de sentirse joven y productiva.
  • Problemas de infertilidad o esterilidad.
  • Puede haber un cuadro depresivo de base.

Este trastorno se engloba dentro de los conocidos como trastornos somatomorfos (trastornos en los que las emociones o factores psicológicos desencadenan en alteraciones orgánicas). El síndrome no debe poder explicarse por la presencia de una enfermedad médica que cause las alteraciones endocrinas.

Hay ciertos factores que se cree hacen más probable padecer un embarazo fantasma: Ser alexitímica (o lo que es lo mismo: tener problemas para reconocer y expresar las propias emociones), tener problemas depresivos, tener rasgos de personalidad histriónicos, baja autoestima o dependencia de la pareja… En ocasiones aparece en mujeres menopáusicas que aún creen ser fértiles o en personas que desean compartir o vivir el embarazo reciente de algún familiar.

El cuadro orgánico es desencadenado por un cambio hormonal: Hay una disminución de LH y FSH, lo que conduce a la anovulación (amenorrea). Por otra parte, como la prolactina y la progesterona están altas, se estimulan la lactogénesis y el mantenimiento del cuerpo lúteo, respectivamente.

Ambos factores (psicológicos y hormonales) actúan de forma conjunta (interrelacionandose). Las hormonas son reguladas por el cerebro y esta regulación es muy susceptible a los cambios emocionales, así pues la hipótesis es que los cambios emocionales causados por el miedo o el intenso deseo de quedarse embarazada producen una desregularización de las hormonas. Pero aún todavía se desconocen las causas exactas del mecanismo. Se baraja un posible bucle en el que el deseo de estar embarazada (u otros síntomas emocionales) alteran las hormonas, lo cual produce síntomas físicos que confirman las sospechas a la mujer que aumentará más su sintomatología psicológica produciéndose así un bucle en el que cada vez será más similar el estado de la mujer a un embarazo real.

Aunque el desencadenante de la secreción hormonal serán los factores psicológicos estudios como el de la universidad de Michigan barajan la posibilidad de un perfil hormonal de base algo diferente en las mujeres que desencadenan este trastorno: niveles elevados de estrógenos y prolactina. Entonces los factores psicológicos actuarían sobre un perfil hormonal ya algo predispuesto.

¿Cómo se “cura”?

No hay un tratamiento como tal, lo que se suele hacer es mostrar a la madre mediante una ecografía u otro sistema de imágenes que no hay feto.

Se puede inducir la ovulación mediante dopaminérgicos si es necesario para que la madre tenga más pruebas de su no-embarazo. Se requiere el apoyo de un psicólogo o psiquiatra pues todo esto puede llevar a la “madre” a una depresión o pensar que se le está induciendo un aborto.

En cualquier caso la terapia psicológica es básica y necesaria en todos los casos ya que como hemos dicho los factores psicológicos son la causa principal.

Un caso extraño, el síndrome de Couvade:

Es el fenómeno que se da cuando un hombre presenta síntomas de embarazo propios de la mujer y ocurre durante el embarazo de su pareja. Aparece tras el tercer mes de embarazo de la mujer o cerca del parto. Los síntomas se limitan mucho más que en los casos de la mujer ya que principalmente presentarán dolor abdominal, antojos, irritabilidad, mareos o nauseas, calambres o dolor de muelas, rechazo a ciertos alimentos y mayor sensibilidad ante sucesos.

La causa que se baraja son los celos, el estrés o miedo por la llegada del niño y el estrés ante los cambios de personalidad de la mujer durante el embarazo (debidos a las hormonas).

Últimos apuntes:

Existe un trastorno similar conocido como delirios de embarazo que se diferencia de el embarazo psicológico, el primero representa un trastorno delirante (o psicótico) tratable con medicación y que no requiere de la sintomatología física u orgánica pues la persona se imagina todos los cambios (hay delirios y alucinaciones), mientras que en el embarazo psicológico los cambios físicos aparecen de verdad y son en los que se basa la mujer para creer en su embarazo.

FUENTE: Webconsultas, Psiquiatria.com, Uno mas en la familia, reproduccionasistida.org.

IMAGEN: Flickr

Related Posts

Trả lời

Email của bạn sẽ không được hiển thị công khai. Các trường bắt buộc được đánh dấu *