Cuando te pasas años estudiando diferentes tipos de enfermedades, peligros, formas de contagiarse y un largo etcétera, que es justamente lo que nos toca hacer a los estudiantes de medicina durante 6 años, es normal que en algún momento de la carrera te entre cierta hipocondría. Después de pasarte semanas en épocas de exámenes estudiando enfermedades que matan, puede que llegue un punto donde te detectes tu mismo los síntomas, ¿a que sí? Si has llegado a ese punto, pero en un plan muy bestia, creyendo que tienes una enfermedad terrible, “felicidades”, puede que sufras el Síndrome del Estudiante de Medicina.
Este extraño síndrome es real, un trastorno psicológico documentado y, además, endémico, pues lo llegan a sufrir tanto estudiantes como médicos que ya han acabado la carrera. Significa llegar al punto de pensar que puedes estar sufriendo cualquiera de las enfermedades que has estudiado. Y es normal, puesto que tanto estudiantes (sobre todo en épocas de exámenes) como médicos durante su vida diaria, nos enfrentamos a situaciones de elevada presión y estrés, adquiriendo grandes cargas de conocimientos, o cargas de salud de los demás en el caso de ser ya un médico titulado.
En lo referente a los exámenes se come mal, se duerme mal, y la gran parte del día (pongamos entre 8 y 10 horas de media) significa pasar el tiempo metiendo información en tu cabeza sobre diversos tipos de enfermedades, en ocasiones enfermedades terribles que pueden llegar a matar o, en “mejores ocasiones”, dejar horribles secuelas.
Por ello, imaginamos por un momento este panorama, y que de repente sientas, no se, algún tipo de pinchazo en la espalda (siendo estudiante, con las malas posiciones que adquirimos para estudiar, esto es más que normal). Y resulta que esa tarde has estudiado una rara enfermedad que conlleva tener pinchazos en la espalda. La hipocondría está a la vuelta de la esquina en un momento así, ¿no creéis?
Durante la carrera aprendes muchísimas cosas (como en cualquier carrera, vaya), pero aquí la mayoría de esas cosas tienen que ver con dolor y sufrimiento. Sabes donde está cada punto del cuerpo, y llegas a relacionar cualquier dolor con un punto exacto de la anatomía. Sin querer en tu cabeza empiezas a hacer diferentes diagnósticos, de forma automática. A mi ya me han reñido un par de veces algunos amigos por empezar a hacerles preguntas sobre sus dolores así, sin más. Pero claro, saber tantas cosas, y más si se refieren a enfermedades, tiene su cara opuesta, que es la de autodiagnosticarse a uno mismo (para mal, algunas veces).
La diferencia sustancial entre un estudiante de medicina o médico y un paciente con una hipocondría típica es que el estudiante ya sabe medicina, ya hay muchas cosas en tu cabeza para sacar un diagnóstico, pero el paciente se centra exclusivamente en una cosa determinada. Ambas cosas son hipocondrías, pero la parte mala de estudiar enfermedades cada día, durante toda tu vida, es que tienes que convivir con ello.
Si queréis saber más sobre el Síndrome del Estudiante de Medicina podéis darle click al enlace inferior, donde veréis un caso documentado sobre una chica que sufrió este extraño síndrome.