La austeridad de Europa acabará con la ciencia

Muchas veces me han acusado de ser muy “revolucionario” respecto a los recortes que está sufriendo Europa en general, y España en particular, pero no creo que sea para menos viendo lo que vemos cada día. Eso sí, el título de hoy no me lo “invento” yo, sino que ha sido un pensamiento expresado por el presidente del Consejo Europeo de Investigación (CEI) en referencia a los recortes sufridos por los programas nacionales de investigación en diversos países de Europa. Los países que causan más preocupación, como no podía ser menos, son Irlanda y España, además de Italia.

Según expresa Helga Notwotny, presidente del CEI, en una conferencia de prensa del Foro Euroscience Open 2012:

“Irlanda estaba haciéndolo bien en la financiación hasta ahora, pero me preocupa que esto desaparezca. Lo mismo sucede con España. España había alcanzado un buen nivel, pero ahora, con los recortes en I+D+I, se dará una caída en su buen nivel en ciencia”.

Notwotny también se ha lamentado por los recortes de la ciencia italiana. Aunque los investigadores italianos tuvieron un papel importante en el descubrimiento del Bosón de Higgs (del cuál os hablaron nuestros compañeros de Omicrono), la semana pasada se anunció un recorte en el presupuesto del Instituto Nacional para la Física Nuclear de Italia de casi un 3,8% este año, y un 10% en cada uno de los dos años venideros.

Además, el Consejo Nacional de Investigación de Italia también está sufriendo unos recortes del 1,2% este año y del 3,3% para 2013. El jefe del CEI confía en el ministro de ciencia actual de Italia esté más comprometido en el mantenimiento de la financiación de la investigación que el gobierno anterior de Silvio Berlusconi. De todas formas, Notwotny  señala que es necesaria una financiación complementaria, sobre todo para los más jóvenes, ya que uno de los principales indicadores de acceso a las subvenciones por parte de los investigadores es la financiación nacional.

Y no solo sucede esto, sino que algunos países del Este de Europa están descontentos con la falta de rentabilidad y de una justa compensación. Parece ser que en junio se presento una carta en 11 países del este donde se pedía una legislación que establezca un nuevo programa de financiación, el Horizon 2020, para “garantizar la igualdad de acceso” y “condiciones justas para los recién llegados”, poniendo fin a los “clubes cerrados”, refiriéndose a la dominación por parte de los estados occidentales de la UE respecto a su poder para ganar financiación en ciencia.

Por otro lado, se pone de relieve a Polonia, por su fuerte historia en matemáticas y física, y su desarrollo de una infrastructura paralela interna de la excelencia en la financiación de la investigación. Parece ser que copiaron la estrategia del CEI para su agencia de financiación nacional, pero uno de los problemas es que solo permiten acceder a la investigación a las academias y no a las universidades. Algunos países han reformado esto, pero otros no.

Por otra parte, sigue existiendo el problema de el “Gran Jefe”, que decide quien panga, quien es contratado o despedido y que pone su nombre en cualquier investigación o trabajo sin haber aportado nada a tal estudio (los típicos enchufes y chanchullos que tanto conocemos de sobra en España). Por ello es necesario un cambio de leyes para transformar los mecanismos de evaluación y reformar las administraciones, evitando así estos tejemanejes absurdos.

Finalmente, desde el CEI añaden que el talento no es el problema, ya que hay talento en cualquier parte. El problema es el dinero, siempre es la financiación. Por ello en muchos países existe una “fuga de cerebros”, que cada uno de los países afectados debería parar si quiere seguir avanzando y creciendo.

Aunque nuestro ignorante ministro de educación, el señor Wert, diga que esta fuga no es nada malo, sino que al contrario, que es bueno “conocer idiomas” y salir hacía otros países, esto es una falacia. Pensemos con claridad, por favor, porque dejar salir a las brillantes mentes de nuestro país hacía otros estados es perder grandes avances en ciencia y tecnología en las generaciones futuras, que aprovecharan otros países, y nos dejaran atrasados en el nuestro.

Vía: Nature.

Imagen: Amazings.

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