La importancia de adquirir habilidades sociales en la infancia

No soy capaz de hablar en público“, “Me da vergüenza ir a fiestas con mucha gente“, “No se comunicarme de forma efectiva“, “No tengo amigos y no se como tenerlos” entre muchas otras frases que se pueden oír de boca de un adolescente o adulto en una consulta psicológica. Lo cierto es que hay muchas investigaciones que confirman la relación directa entre las competencias sociales en la infancia y el posterior funcionamiento social y psicológico. La falta de habilidad social puede ser muy doloroso para el joven que necesita integrarse en una sociedad llena de interacciones sociales, exigencias y retos.

¿Cómo pueden ayudar los padres a que el niño adquiera la mayor cantidad de habilidades sociales?

1. El clásico: Sé un ejemplo. Los niños son esponjas, lo repetimos a menudo. Su principal fuente de aprendizaje es la imitación, ¿aún no habéis visto el anuncio nuevo de ikea? Los niños aprenden lo que ven; y, sobre todo, lo que ven en el hogar”, os invito a que lo veáis.  Si en casa se dan y reciben cumplidos entre todos los integrantes de la familia, se preguntan las cosas de forma adecuada, se defienden sus ideas desde el respeto, será más fácil que el niño sea asertivo.

2. Refuerzos sociales: Es importante que se refuercen en casa todas aquellas conductas asertivas que el niño realiza. Si se le premia con apoyo y alegría el niño repetirá la conducta hasta adquirirla. Toda conducta que va seguida de recompensa tiende a repetirse en el futuro.

3. Actividades extraescolares: Deportes, música, idiomas, talleres… proporcionan al niño la posibilidad de integrarse en diferentes entornos donde pueda adquirir habilidades. 

4. Jugando: Las habilidades sociales también se aprenden jugando. Tenemos que proporcionar al niño todas aquellas herramientas que le permitan desarrollar su creatividad y ganar confianza en si mismo. Vamos a organizar un concurso de baile y canto en casa, y todos los integrantes de la familia tendrán que crear sus trajes, ensayar su canción y luego actuar. Además de las risas aseguradas estaremos proporcionando en el hogar un ambiente de confianza y bienestar. También podéis jugar a juegos con mímica con emociones en lugar de con películas.

5. Animarles a elegir las soluciones correctas: Siempre razonadas por el niño, podemos plantear situaciones y animarle a que imagine que haría él si eso ocurre y como lo resolvería. No hace falta esperar a que las cosas ocurran podemos adelantarnos a las situaciones e imaginar que haríamos en tal circunstancia.

6. Realizar un listado: Podemos tener en casa un listado de comportamientos pasivos o agresivos que realiza el niño y juntos cambiarlos a asertivos.

7. Jugar a muchos juegos de mesa en familia: Los niños siempre quieren ganar, y es uno de los principales motivos de peleas entre niños. Cuanto más juguemos en familia más oportunidades aparecerán de que el niño entienda que no siempre se gana.

8. Ayúdale a expresar sus emociones: Si presionas solo consigues bloquearlo, habla con él a través de sus dibujos, pregunta el por que de cada dibujo, muestra interés por lo que los niños intentan trasmitirnos a través de ellos y resuelve todas las dudas que le vayan surgiendo.

Las persona asertivas protegen sus derechos respetando los de los demás, se relacionan de forma positiva, consiguen sus objetivos, son expresivos emocionalmente y poseen una red de amigos y social muy fuerte y extensa. Las personas asertivas no naces, se hacen.

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