Las bifidobacterias: nuevo descubrimiento y beneficios que nos aportan

Un grupo de internacional de investigadores dirigidos por la Universidad de Parma (Italia) en el que ha participado el CSIC ha descubierto el modo de anclaje de la bacteria Bifidobacterium bifidum en nuestro sistema digestivo. El sistema de anclaje está basado en unos apéndices proteicos por los que las bacterias se anclan literalmente a los enterocitos, las células epiteliales del intestino. La investigación ha sido publicada esta semana en la revista PNAS.

Los beneficios de las bifidobacterias

Como os podéis imaginar, esta bacteria en concreto es una de las “buenas”. El grupo de las bifidobacterias está ampliamente reconocido por su papel como probiótico. Seguro que os suena el nombre de los anuncios de yogures y más aún si os digo que las bacterias del grupo de las bifidobacterias eran conocidas como Lactobacillus bifidus.

El grupo de las bifidobacterias cuenta con unas 30 especies distintas y es el principal género bacteriano que coloniza el intestino de los recién nacidos, constituyendo una defensa activa contra otras bacterias patógenas. Entre las funciones favorables en nuestro organismo se encuentran la de mantener el equilibrio u homeostasis de la flora bacteriana y, por ello, forman parte de la industria alimentaria. También mantienen a raya a los patógenos que intentan infectar el intestino (sobre todo en los recién nacidos), participan en la respuesta inmune y participan en la formación de vitaminas.

Un mecanismo de anclaje basado en pili

Muchas bacterias pueden presentar en su superficie una serie de apéndices que realizan diferentes funciones. Los que más conocemos son los flagelos, siendo los apéndices más largos que utilizan para el desplazamiento o para generar corrientes que atraigan los nutrientes. Otro tipo de apéndices son las fimbrias o los pili. Ambas estructuras son más cortas y finas que los flagelos y generalmente el término fimbria se utiliza para cuando su función es de adhesión y el término pili se utiliza para las estructuras que se utilizan en la conjugación bacteriana, un método de intercambio de información genética entre bacterias.

Lo que han descubierto es que son precisamente los pili las estructuras que utilizan estas bacterias para quedarse adheridas en nuestros intestinos y comenzar la colonización. Es más, el equipo de investigadores ha descubierto hasta 3 tipos diferentes de pili, cada uno con una función determinada y diferentes patrones de expresión en función de las condiciones ambientales. Aunque dicha bacteria es muy conocida por diversas funciones favorables en nuestra flora, se sabía muy poco acerca de su manera de anclaje para colonizarnos.

En el estudio también se destaca que este es uno de los pocos estudios que demuestra que los pili son utilizados por algunas bacterias para otras funciones aparte de la que se conoce en la conjugación bacteriana. En este caso, los pili adquieren también la función de factores de colonización, lo que podría favorecer la búsqueda y desarrollo de otros organismos y productos probióticos.

 

Fuente: CSIC

 

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