Las hormigas también saben automedicarse

Aunque en MedCiencia siempre recomendamos no automedicarse, somos realistas, y es evidente que muchos lo hacen sin el consejo médico pertinente (y por ello las resistencias a los antibióticos están a la orden del día, entre otras causas). Sin embargo, parece que no somos los únicos animales capaces de llevar a cabo este comportamiento, ni mucho menos. De hecho, incluso insectos de la talla de las hormigas saben automedicarse, según un reciente estudio de la Universidad de Helsinki y publicado en la revista Evolution.

Automedicarse con veneno para luchar contra los hongos

El hecho es curioso ya de por si mismo, pues ver a una hormiga saber como automedicarse es algo que no observamos cada día. Pero la cosa se pone más interesante cuando sabemos qué “medicación” usan: Peróxido de hidrógeno, a partir de alimentos ricos en dicha sustancia.

Como ya sabéis, tanto hormigas como otros insectos como abejas o parásitos viven en colonias regidas por una estricta estructura social. Esto les va bien para colaborar entre ellas, pero las hace muy vulnerables a infecciones parasitarias o fúngicas (por hongos). Pero, por lo visto, las hormigas han decidido llevar a cabo un comportamiento peligroso pero paradojicamente beneficioso para ellas. Según el estudio, dirigido por Nick Bos, lo que harían estos pequeños insectos es automedicarse con peróxido de hidrógeno con el fin de combatir las infecciones por hongos. La sustancia por si misma es un veneno para las hormigas, pero consumirlo aumenta la probabilidades de supervivencia de las hormigas.

Para demostrar dicho comportamiento, los investigadores alimentaron a los insectos con dos dietas: Una solución de miel simple y una solución de miel con peróxido de hidrógeno. Las hormigas que consumían la miel con peróxido de hidrógeno tenían una mortalidad del 20%, mientras que las que consumieron la miel simple tan solo tenían una mortalidad del 5%.

Pero, cuando hicieron el mismo experimento usando hormigas infectadas por el hongo Beauveria bassiana, la cosa cambió: La mortalidad de las hormigas que consumían miel simple tenían un 60% de mortalidad con la infección, mientras que las que consumieron peróxido de hidrógeno tenían una mortalidad del 45%.

Las hormigas saben automedicarse y elegir la dosis correcta

Pero aquí no acaban las sorpresas. Resulta que, cuando se les ofrece la opción, las hormigas sanas tienden a elegir la comida sin el veneno (lógicamente). Sin embargo, las hormigas infectadas se lanzan a por la comida con peróxido de hidrógeno, y saben elegir la dosis de dicha comida cuidadosamente.

Si la dosis tóxica es débil, las hormigas comen una cantidad similar a una dieta sana; pero si la dosis tóxica es elevada en el alimento, las hormigas tan solo comen una cuarta parte del tiempo en comparación con una dosis menor. Tontas, desde luego, no son.

Vía | New Scientist.

Fuente | Evolution.

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