Nanopartículas de oro capaces de “derretir” la grasa corporal

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No nos podemos engañar: La obesidad es uno de los principales problemas del último siglo en los países occidentales. De hecho hace poco os explicamos las razones de nuestra falta de autocontrol con nuestro apetito, y en muchisimas ocasiones os hemos hablado de métodos y nuevos tratamientos contra esta enfermedad. Sin embargo, las cifras siguen creciendo, y evidentemente no todo el mundo puede permitirse una liposucción (y ni siquiera habría que llegar hasta ese punto). Por ello, ahora acaba de llegar una nueva técnica para acabar con la grasa corporal mediante inyecciones locales: Nanopartículas de oro.

Nanopartículas de oro para acabar con la grasa corporal

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En el caso de la actual liposucción, los efectos secundarios son bastante conocidos: Moratones, segundas operaciones, y eliminación de células grasas importantes para el organismo como las que conforman el tejido conectivo y el sistema nervioso. Para evitar esto, dos investigadores de la Universidad de California en San Diego, Ada y Khalid Almutairi, han desarrollado una técnica que podría superar a la liposucción gracias al uso de inyecciones de micropartículas de oro capaces de derretir la grasa, literalmente.

Ambos investigadores tienen mucho que decir sobre el mundo de la cirugía cosmética, ya que Ada es experta en nanomedicina, y Khalid es cirujano plástico y reconstructivo.

Para llegar a crear esta técnica se basaron en una anterior investigación donde se usaban nanopartículas de oro para acabar con células cancerosas, que posteriormente se calentaban mediante luz infrarroja y eran destruidas dejando las células de los alrededores ilesas. Por ello, los hermanos Almutairis creen que esto se puede conseguir también con las células grasas.

En el proceso, se inyectan nanopartículas de oro en los depósitos grasos del paciente, los cuales son sometidos posteriormente a la luz infrarroja provocando el calentamiento de las partículas. Como la temperatura de fusión de la grasa es relativamente baja, las células grasas serían licuadas antes de que cualquier otra célula cercana sufriera ningún daño.

Para finalizar el proceso se inyecta una aguja de liposucción para aspirar la grasa derretida junto a las nanopartículas. En la liposucción tradicional, la aguja simplemente arrastra la grasa mediante raspado hasta romperla, y al mismo tiempo la va aspirando.

Por el momento se están llevando a cabo ensayos con animales, y próximamente se harán ensayos con humanos, teóricamente a finales de este año.

Vía | Sociedad Americana de Química.

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