¿Nos podemos desmayar al orinar? ¿Y al toser?, y otras curiosidades que no sabías sobre los sincopes (y II).

Seguimos con las diferentes causas que existen de desmayarse. Después de creer que solo hay un par, veréis que nada más lejos de la realidad, pues la lista puede ser interminable. Aquí solo os comento las más importantes. Continuamos.

Síncope tusigeno: Literalmente, desmayarse al toser. Puede suceder en personas obesas, fumadoras, bronquíticas; después de un episodio de tos. Un acceso de tos repetido provoca un aumento de presión en el tórax, hasta igualar a la presión arterial sistólica, y bloqueando así el flujo sanguíneo hacia el cerebro.

Espasmos de sollozo: En niños pequeños y durante una rabieta de lloros y sollozos, se puede producir una apnea (falta de respiración), pudiendo darse hasta espasmos tónicos y temblores.

Síncope por hipotensión ortostática: Para ser más claros, este síncope es el que se produce al levantarse, después de estar tumbado, de forma muy brusca. Primero se produce cierto mareo y puede llegar a producirse el desmayo si la presión arterial baja excesivamente y de golpe.

Síncope cardiogénico: Como su propio nombre indica, es el síncope producido por un fallo en el corazón (válvulas cardíacas alteradas, infarto agudo de miocárdio, hipertensión pulmonar). Es el síncope con mayor mortalidad, pero normalmente la recuperación es inmediata, sin ninguna alteración ni confusión.

Síncope por hiperventilación: Es el síncope producido por exceso de respiración, desencadenado por ansiedad o otros estímulos emocionales.

Síncope por estiramiento: Es el síncope que se produce en adolescentes, cuando se despiertan y estiran los brazos y tiran la cabeza hacia atrás, al mismo tiempo que efectúan una “maniobra de Valsalva” (esa presión interna que hacemos a la hora de defectar o de intentar destaponarnos los oídos). Con esto, se produce un bloqueo de unas arterias situadas en el cuello, dando lugar a una isquemia transitoria y falta de riego en la cabeza.

Y con esto, terminamos el repaso a las variadas causas que existen para desmayarse. Como recomendación, nunca intentéis levantaros de golpe después de un sincope, porque puede ser muy contraproducente y producirse un nuevo sincope por esto. La recuperación es inmediata pero hay que levantarse poco a poco y sin prisas.

Vía: Neurología, de J.J. Zarranz.

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