Podemos ver nuestro cuerpo con los ojos cerrados

Interpretamos la realidad gracias a nuestros sentidos, pero no sólo tenemos los cinco sentidos que nos enseñan en la escuela (oído, vista, olfato, gusto, tacto), sino que nuestro cerebro posee decenas de sentidos “sutiles” que funcionan con tanta eficiencia que no notamos su existencia aunque nos sean imprescindibles, sentidos como el sentido de pertenencia del cuerpo (propiocepción) o la percepción de nuestra postura corporal. Conocemos la existencia de estos sentidos sutiles porque en ocasiones aparecen pacientes con un daño cerebral específico que afecta a alguno de estos sentidos. Por ejemplo existen pacientes como Christina, que no es capaz de reconocer su cuerpo como algo propio y cada vez que realiza un movimiento debe autovigilarse con la vista.

Los sentidos sutiles están más entrelazados con nuestros sentidos conocidos de lo que podemos pensar. Un ejemplo proviene de un estudio reciente realizado por Duje Tabin de la Universidad de Rochester, en el que han comprobado que muchos de nosotros sufrimos un fenómeno llamado kinestesia, que nos permite ver nuestro cuerpo con los ojos cerrados.

Para ver si sufres kinestesia cierra los ojos y pasa tu mano por delante de ellos. Más de la mitad de las personas serán capaces de ver una sombra moviéndose entre la oscuridad, que identificaremos con nuestra mano. Una posibilidad es que podamos percibir sombras a través de nuestros párpados, pero este mismo fenómeno se repite si llevamos unas gafas opacas o si nos tapamos los ojos con la otra mano. Aunque nuestros ojos no sean capaces de registrar la sombra que viene de nuestra mano podemos “verla”, eso es la kinestesia.

En el estudio reunieron a 129 voluntarios a los que les pusieron gafas de buceo opacas que les impedía ver ninguna luz. Estas gafas de buceo tienen cámaras especiales que permiten seguir el movimiento de la pupila del ojo, sabiendo a donde dirigimos la vista en cada momento. Cuando se les pidió mover la mano por delante de las gafas más de la mitad de los voluntarios afirmaron haber visto el movimiento de su mano, cosa que no pasaba si otra persona diferente movía la mano a la misma distancia. Cuando se comprobaron los movimientos de las pupilas de los voluntarios, estos miraban realmente hacia su mano. Aunque no pudieran verla, realmente eran capaces de seguirla.

¿Por qué sucede este fenómeno? Se cree que la kinestesia es una ilusión provocada por uno de nuestros sentidos sutiles: la percepción de nuestra postura corporal. Aunque cerremos los ojos, sabemos en qué posición esta nuestro cuerpo en todo momento. Si pasamos una mano por delante de nuestros ojos sabemos dónde está situada la mano y nuestro cerebro desea verla, por eso desplazamos nuestra vista en la zona donde debería estar la mano, y al carecer de visión, interpretamos la presencia de la mano como una sombra.

La kinestesia es una señal de como de intricados están los sentidos sutiles en nuestra percepción visual. Vemos el mundo de una manera diferente a la únicamente producida por la luz, nuestro cerebro enriquece la vista introduciendo focos de atención para reaccionar más rápido. La kinestesia es lo que sucede cuando podemos dirigir la atención a nuestras manos aunque no las veamos. Nuestro cerebro aún tiene muchos trucos escondidos.

Fuente | Popular Science

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