¿Por qué sigo en una relación que no me hace feliz? – Medciencia

Si te has hecho la pregunta ya tienes el primer paso, que es darse cuenta de que uno no es feliz, muchas veces parece que si nada va mal ya quiere decir que está bien y no es así, una relación puede no hacernos feliz aunque no haya nada malo, simplemente porque no nos llena. Darte cuenta de que no eres feliz o de que te falta algo es el primer paso. Si es algo más obvio y estas en una relación tóxica, tal vez ya lo sepas y simplemente estés evitando pensar en ello o ignorando lo que ya sabes. En cualquier caso debes identificar si eres feliz o no y si no lo eres plantearte porque sigues en esa relación. El artículo de hoy pretende ayudarte a saber porque mantienes esa situación y así ayudarte a salir de ella. Lo más seguro es que la respuesta esté dentro de ti.

¿Por qué sigo enganchada?

Normalmente hay un conjunto de factores comunes que ocurren en gente que pasa por la situación de mantener algo que no le hace feliz, normalmente aparecen conjuntamente unos cuantos, los más importantes son:

  • Baja autoestima. La baja autoestima hace que sientas que no vales la pena, que si no estás con esa persona nadie más te querrá, hace que te sientas mal contigo misma/o. Puedes sentirte poco atractiva, que no eres lo suficientemente inteligente, que eres difícil de aguantar, no gustarte tu forma de ser, etc… Y esa visión de ti misma hace que mantengas algo que no quieres porque crees que es lo mejor que encontraras y porque justificas a la otra persona (mientras te culpabilizas e infravaloras). No sentirse merecedor de algo mejor ocurre también por baja autoestima lo mismo que creer que nunca encuentres a alguien que se enamore de ti o que al no ser “una chica guapa o con éxito” debes conformarte.
  • Idealización de la pareja. El amor nos ciega y con esto evitamos ver muchas cosas. Idealizamos a la otra persona y pensamos que no encontraremos a nadie igual, a nadie que nos quiera tanto. A nadie tan…”inteligente”,”divertido”,”guapo”… Bueno gente inteligente y divertida sin duda hay mucha, y seguramente que además no te hagan sentir mal.
  • Baja autoeficacia. Esta rara palabra básicamente viene a decir que no confías en tu capacidad para lograr algo, está asociada con la baja autoestima y quiere decir que siempre piensas que vas a fracasar, infravaloras tu capacidad y esto en una relación puede traducirse en creer que no eres capaz de dejar a esa persona o creer que no eres capaz de soportar el sufrimiento o estar sola. No te ves capaz de hacerlo. Te sientes inútil o incapacitada para ello. Esto por supuesto esta en tu cabeza, todos somos capaces de hacer casi de todo, pero no lo sabemos hasta que lo hacemos.
  • Locus de control externo. Con esto nos referimos a que crees que lo que te pasa se debe a eventos externos o ajenos a ti, que es culpa del entorno o de los demás vamos y que no puedes hacer nada para remediarlo. Por ejemplo en una relación sería pensar que no se tiene control. Dejarnos llevar por la corriente, por inercia. Pensar que la relación va mal porque “hay crisis”, “porque tengo mucho trabajo”, ”porque no tenemos tiempo”, “es que me criaron así”, “de pequeño no me trataron bien…”, “las amistades me manipulan”…cierto que todo esto influye en gran parte pero no olvidemos que como se afrontan los eventos externos depende de la persona, y es esa persona (tu) la involucrada en la relación, la que deja que las cosas le afecten de una manera o no. Puedes elegir como reaccionar a estos eventos, luchar o no. Si tienes el control, otra cosa es que no quieras verlo. Tal vez esta baja responsabilidad, y atribuirlo todo a eventos exteriores este tapando el verdadero problema, ¿Y si la crisis desapareciera, tuvieras tiempo, nadie malmetiera…? ¿Crees que entonces todo iría bien o en realidad hay algo más, alguna cosa que no va bien entre vosotros?
  • Dependencia o baja autonomía. Siempre tienes que hacer las cosas con alguien, no te gusta tomar decisiones, necesitas la opinión de los demás antes de hacer algo, entonces puede que seas algo dependiente… Esto hace que necesites más de lo necesario a la otra persona y por lo tanto te veas incapaz de dejarle/a. Pero ojo, ten en cuenta que entonces no estás con él/ella porque quieres sino porque crees que sola no puedes. No es el mejor motivo para estar con alguien ¿No crees?
  • Negación. Te niegas a aceptar la situación y eso te mantiene bloqueada. Tienes poca conciencia (quizás intencionalmente) de lo que ocurre. No quieres ver que no eres feliz o que la cosa no va a mejor. Niegas los problemas obvios por temor. Hay mucha gente que no ve lo que no quiere ver por evitar los problemas.
  • La conveniencia. Es práctico, conveniente y cómodo mantenerse en la relación. Por ejemplo si compartís vivienda, vehículo, gastos, etc… Será un follón solucionarlo… Sí, pero no es imposible.
  • Sigues en la relación por otras personas: los hijos, los padres, las amistades en común.
  • Hábitos. Los hábitos por definición son conductas que tienden a mantenerse por su propia inercia, el borrego que sigue al resto vamos, llevas años en una relación y por inercia sigues en ella. La rutina nos lleva como la corriente y la comodidad hace que pasen los años… Cuando te habitúas a algo es difícil hacer cambios.
  • Ciclo luna de miel-desengaño. Este fenómeno es muy interesante, las relaciones difíciles, tóxicas o destructivas suelen mantenerse por un proceso circular. Suele ocurrir así: La pareja discute, se gritan o dicen palabras feas (o no) y hay un fenómeno de separación (objetivo o subjetivo), luego se da el reencuentro-reconciliación, es aquí donde aparece la fase de luna de miel, donde todo es tan bonito (pues se compara con la fase previa de enfrentamiento), aquí todo parece ideal, se hacen promesas y se esfuerzan ambas partes, pensando que todo ha cambiado y todo es genial. Lo que ocurre es que como todo ciclo tiende a repetirse, así pues le sigue otra discusión con su separación y dolor emocional, tras la cual vendrá otra “luna de miel”, esta luna de miel es la que nos mantiene enganchados pues nos hace creer que si eso ocurre durante un periodo de tiempo hay esperanza, además somos adictos a esa sensación aunque sea breve. El problema es que no nos damos cuenta que esa fase ocurre simplemente porque se intenta reenganchar a la otra persona, no es algo que vaya a perdurar en el tiempo ni representa la normalidad que podría tener la relación pues básicamente solo aparecerá si hay previamente una discusión, luego estamos abocados a vivir en ese bucle.
  • Crees que el malestar es solo un algo temporal y las parejas se apoyan en los buenos y los malos momentos. Cierto que puede ocurrir, pero una cosa es apoyar a alguien o darle un tiempo para ajustarse y modificar su conducta y otra cosa es estirar de algo que no funciona (porque simplemente no debe ser). Debes diferenciar un momento difícil de una relación acabada. ¿Cuánto llevas así? ¿Cuántas veces habéis tenido “crisis” sin factores externos que los determinaran?¿Ha sido así más veces?
  • Miedo al futuro y a lo desconocido. El miedo esta en casi todas las decisiones erróneas en la vida. El ser humano teme por naturaleza a lo desconocido, pero la única forma de vencer ese miedo es saltar al vació y arriesgar, nunca vamos a poder predecir el futuro ni saber algo 100% seguro, si no te arriesgas no ganas.
  • Miedo o intolerancia al malestar. Temer las emociones, el sufrimiento y el malestar es normal pero debemos entender que es inevitable y es pasajero. Son fases de transición de las que se aprende mucho. Si no sufriéramos sería porque no hemos tampoco sentido nada positivo. Cuanto más se ha querido a alguien más se sufre pero debemos entender eso como algo positivo, ser emocional es algo bonito y lleva ese contra efecto, pero más triste sería no sentir nada. Estaremos mal porque hemos amado, es algo que hay que aceptar de la vida. Sentir nos mantiene vivos. Y como siempre es algo temporal y que nos hará más fuertes. Si cada vez que tememos sentir algo negativo nos echamos atrás perdemos muchas oportunidades en la vida. Nunca encontraremos al gran amor si tememos que nos rompan el corazón, al contrario de lo que pensamos, somos fuertes y podemos tolerar mucho más de lo que creemos. Pero no lo sabemos hasta que lo intentamos.
  • Miedo a estar sola. Esto es lo mismo que ser dependiente. Recuerda que mejor estar sola/o que mal acompañado/a. ¿Te vale la pena aguantar algo que no te hace feliz? o ¿tal vez deberías dedicar tus esfuerzos a poder estar a gusto sola? Cuanto más a gusto estés sola, contigo misma, más fácil será que puedas estar a gusto con otros y de forma tranquila. De nuevo si temes estar sola lo mejor que puedes hacer es forzarte a estarlo, acostumbrarte, tú nunca te dejaras a ti misma, cuando aprendas a estar contigo nunca estarás sola.
  • Miedo a reconocer un fracaso, sentirte fracasada/o. Otra cosa que le cuesta mucho al ser humano es lo que podríamos ver como “ir hacia atrás”, “descaminar lo andado”, pensar que nos hemos equivocado. Pero si lo pensamos no tiene nada de malo darse cuenta de que nos hemos equivocado de camino, recular a un punto anterior en el camino y corregir el rumbo hacia uno más correcto, al fin y al cabo mejor eso que no seguir hacia delante y acabar donde no queríamos y cada vez más lejos de nuestra meta. Reconocer que te equivocaste a tiempo puede ahorrarte muchos problemas. No seas duro contigo mismo, todos nos equivocamos alguna vez, no pasa nada, aunque se diga mucho la vida SI da otras oportunidades y será que no hay gente en el mundo por conocer. Seguro la experiencia te enseño algo y ya con eso puedes entender que no ha sido un completo fracaso ni una pérdida de tiempo.
  • No quieres ser “la mala” de la película ni hacer daño a la otra persona. Esta deseabilidad social, la necesidad de quedar siempre bien (que es básicamente una dependencia de los demás porque acabamos haciendo las cosas en base al qué dirán), lo que hace es que nos guiemos por los criterios de otros y no los nuestros propios. En esta vida no hay blanco o negro. A veces te toca ser “el malo” momentáneamente pero piensa que es por un bien mayor, para ambos.
  • Sentimientos de tiempo perdido, culpabilidad, frustración. Las emociones como estas nos provocan problemas de decisión y razonamiento. Vamos a pasar más tiempo lamentándonos que actuando y eso es un problema. Nadie se mete en una relación o la estropea para sentirse mal, luego deja de culparte. A veces el amor se acaba y no se puede hacer nada ni nadie tiene la culpa, no busques culpables, no te martirices analizando los motivos. No te frustres por todo lo que sientes, por todo lo que deseas y no tienes. Hay cosas que no se pueden cambiar, pero podemos cambiar que hacemos nosotros respecto a ellas.
  • Obstinación y cabezonería. Por mucho que lo neguemos los humanos (algunos) somos unos cabezotas (rígidos), nos emperramos en algo y no hay manera de sacarnos de eso, a veces lo que debemos hacer es mirar nuestra situación desde fuera (como si fuéramos otro) o pensar que le diríamos a una amiga en nuestro lugar, ¿le diríamos que esta siento cabezota y obcecada? Agarrarse a algo como si nos fuera la vida en ello, hacer algo “porque si”, “por huevos” no suele salir muy bien y si lo analizas probablemente veas que las cosas que se hacen así suelen ser irracionales y además no acabar funcionando. No seas cabezota y si la puerta no se abre, antes de dejarte la mano destrozada prueba a abrir otra. Hay más de un camino a la meta. Se flexible y adáptate.
  • Miedo al rechazo. Vivimos en un mundo en el que medimos nuestra valía por como la valoran los demás, ¿si nos rechazan no somos nadie? Pues no. El mundo tiene 6 millones de personas, no podemos esperar que todas nos acepten y les caigamos bien, la vida estará llena de rechazos hasta encontrar al adecuado, ese alguien especial obviamente nos costará algo de esfuerzo encontrarlo, es una ruta de ensayo-error hasta acertar. No debes tomarte un rechazo como algo malo, mejor que te rechacen a estar con alguien que no te valora.
  • Dudas de ti misma, crees que tal vez estas sobrerreaccionando, que no tienes razón. Los sentimientos son los que son, si no estás enamorada no lo vas a poder forzar, si no eres feliz, es lo que hay. Puede que sobrerreacciones pero bueno, es tu forma de ser, si algo realmente te sienta tan mal por mucho que te moleste ser así, es parte de ti. No debes dudar de tu criterio. Lo que uno siente es lo que es. Si estás segura de sentir eso pues se consecuente. Uno solo puede luchar contra lo que siente en cierta manera y hacerlo durante mucho tiempo suele desgastar y mucho. Si no puedes cambiar tu reacción entonces es momento de cambiar lo que la provoca.
  • La esperanza (en ocasiones casi delirante) de que a pesar de que las cosas no han cambiado en años, pronto lo harán. Los recuerdos de los buenos momentos mantienen tu esperanza. La esperanza es buena, pero aplicada de forma lógica. Puedes tener esperanza de que encuentres algo mejor, de que aparecerá la persona adecuada. Pero tener esperanza ante algo para lo que tenemos evidencias diarias en contra, es algo ilógico.
  • Te da pena dejarle, que este mal o su reacción, sientes que tienes la responsabilidad de cuidar de él. Bien, esto es normal, si has estado mucho tiempo con alguien, os va a doler a ambos, pero más daño le vas a hacer cuanto más esperes, además como maneje su reacción es su responsabilidad y no la tuya. El debe saber cuidar de sí mismo y hacer ese trabajo personal. Si decide no tomárselo bien eso no es tu culpa, es su decisión personal. Cuando alguien deja una relación es porque es lo mejor, normalmente para ambos, tampoco ibas a hacerle feliz si estas con el sin quererlo. Su media naranja también está por ahí esperándole, házselo ver así. De hecho es una falta de respeto mentir a alguien por no hacerle daño, dejarle vivir una mentira. Mejor una verdad dolorosa que una mentira.
  • Ideas o concepciones erróneas sobre el amor (y distorsiones cognitivas): Por ejemplo “si no estoy con alguien no soy nadie”, “nunca hay que rendirse”, “sufrir es parte del proceso”, “Es normal que las cosas cuesten, todo lo bueno cuesta algo”, “el amor fácil no existe” “el amor de verdad no existe”, “es normal insultarse”, ”las historias bonitas solo pasan en las películas”, ”no existe el hombre ideal”… Estas ideas hacen más difícil que estemos abiertos a la posibilidad de iniciar algo nuevo y abandonar lo viejo.
  • Adicción al propio malestar: la adrenalina de las discusiones, de las reconciliaciones, la activación que produce el malestar ¡por increíble que parezca son adictivas! Esa intensidad que es cierto puede no estar en una relación feliz pero que tampoco es sana se produce porque el cuerpo disfruta de esa descarga de neurotransmisores y hormonas que aparecen en las situaciones extremas o de activación. Al final si no tenemos eso nos parece que nos aburrimos. Lo cierto es que puede costar luego acostumbrarse a una relación normal sin tantas subidas y bajadas pero se puede y veremos que disfrutamos lo mismo o más con otras cosas. Se consciente del enganche que producen las peleas, las discusiones y las situaciones de estrés. La intensidad de las emociones no se equipara a la intensidad del amor, no pienses que porque tu relación es muy “intensa” eso quiere decir que es mejor o que el amor es infinito e inacabable.
  • No quieres ser como tus padres, las separaciones te producen un gran malestar. A nadie le gustan las separaciones y tal vez a ti menos por tu historia personal, porque tus padres se divorciaron o viviste una de cerca pero debes entender que tú no eres ellos, que la situación es diferente y que es por un bien común, en ocasiones si es lo mejor para ambas partes.

La rana y el agua.

Hay una metáfora muy interesante que explica como acabamos en una situación así. La metáfora de la rana y el agua.

Como nos enseñaron en el colegio, si metes a una rana en una cazuela (cuando el agua aún esta fría) y enciendes el fuego la rana no saldrá de la cazuela, el agua se calienta lentamente y la rana no se da cuenta (no puede percibir cambios graduales de temperatura). La rana morirá pues se quedará ahí hasta que el agua hierva. Si la metes cuando el agua está ya caliente percibe el contraste y salta rápidamente fuera del agua.

Con las relaciones pasa lo mismo, nadie se mete de cabeza en algo que ya va mal de primeras (el agua que hierve), pero si al principio todo va bien (agua fría) y los problemas van aumentando lentamente (se calienta) somos como la rana, no percibimos lo que está pasando y cuando nos queremos dar cuenta es demasiado tarde y el agua está ya muy caliente y, o no sabemos salir, o ya es tarde. No seas como la rana, si no lo tienes claro, sal de la cazuela (la relación) temporalmente, si cuando quieres volver a entrar notas la temperatura alta (ves los problemas pensando en frío) probablemente sea así. A veces tomar distancia nos ayuda a percibir mejor las cosas y aclararnos las ideas.

¿Qué puedo hacer para tomar las riendas?

Primero debes aclararte las ideas, para ello tal vez necesites algo de tiempo sola/o. En este tiempo trabaja tu autoestima, tus emociones. Aprende a estar contigo misma, a tolerar la soledad y el rechazo. Búscate a ti misma/o, haz cosas que te gusten, aprende a cuidar de ti, a poder tolerar el malestar. Trabaja lo que deseas en la vida, ¿cuáles son tus objetivos vitales, tus metas? ¿Cómo es tu hombre ideal? ¿Lo cumplía esa persona? Es más fácil tomar una decisión así de difícil cuando te conoces bien y sabes lo que quieres (y no, no es tan fácil como suena y la mayoría de nosotros nunca llegamos a conocernos bien), así que primero conócete, mira dentro de ti, ¿cuáles son tus intereses, tus inquietudes? mímate, cultiva tu bienestar, tu forma de ser, ella te ayudará a saber qué es lo correcto para ti.

Piensa en ti y no en los demás, con esto no quiero decir que hagas daño gratuitamente pero esta decisión es tuya y debe ser tomada en base a lo que es mejor para ti (procurando causar el menor malestar al otro si es posible claro).

Estos son buenos momentos para empezar a practicar deporte, entrenar la meditación o ensayar técnicas de relajación, son momentos de inestabilidad para ti y practicar estas técnicas puede ayudarte a tener más estabilidad y bienestar, a compensar esa inseguridad.

Toma decisiones razonadas, la vida no es para tomársela a la ligera pero tampoco para pasársela dándole vueltas a todo. Cuando pienses, que sea para tomar una decisión, pensar por pensar no es útil, así que busca un método racional. Por ejemplo hacer una lista de puntos positivos y negativos de la relación, beneficios e inconvenientes de seguir o dejarlo (puntúa cada opción y haz un balance total), la mejor será la que obtenga una puntuación más alta, también se puede elegir puntuar lo positivo en +1,+2,+3 y lo negativo en -1,-2,-3… Si el balance final es positivo y alto es que la relación te aporta cosas positivas, de lo contrario no. Esto puede servir para aquellas personas que son más metódicas y racionales pero lo cierto es que puede ser que salga un balance positivo y que aún así nos sintamos mal o lo queramos dejar por no ser felices, con lo cual no le va a servir a todo el mundo. A veces hay que escuchar al corazón pero no solo a la parte enamorada sino también a aquella que no está bien y nos da mucha información. Tampoco te quedes en una relación por que calculándolo fríamente te de muchos puntos positivos, si no te hace sentir bien y no estás enamorada, de poco te servirá que te lleve en coche a trabajar o que cocine muy bien, sopesa las prioridades.

Escribe una carta a tu futuro yo o haz una historia en la que plasmas como ves tu futuro. ¿Te ves con esa persona en 5-10-15 años? ¿Te ves feliz?, ¿Dónde vives y trabajas? ¿Con quién estas, con qué tipo de persona? ¿Si lo dejas crees que ese tu del futuro estará mal?, ¿qué crees que te diría tu futuro yo? ¿Cómo te ves en un futuro si sigues con esa persona en comparación con si lo dejas?, ¿Qué futuro te parece mejor, en cual eres más feliz?

Haz las cosas bien, si decides romper que sea de forma correcta pues puede ahorraros a los dos muchos problemas, se educada, hazlo de forma correcta (por ejemplo no dejes una relación de 6 años a través de sms… pues luego eso te pesará en el futuro), hagas lo que hagas respétate a ti misma y a la otra persona.

Además anteriormente en Medciencia dimos unos consejos sobre que no hacer cuando uno esta mal y también podéis consultar el artículo sobre como sacar provecho a una ruptura para más consejos.

Fuente: EHarmony, PsychCentral, Huffingtonpost, Hubpages.

Imagen: Flickr.

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