¿Se puede “ser” un buen amante? – Medciencia

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Los buenos amantes no nacen, se hacen. No existe una fórmula mágica ni una varita que haga que seamos unas máquinas en la cama y dejemos a nuestra pareja sexual bien satisfecha y con la boca abierta por nuestras destrezas sexuales.

Las buenas relaciones sexuales no surgen de la casualidad ni del azar, las relaciones sexuales satisfactorias necesitan implicación, tiempo, dedicación y aprendizaje. Es importante saber que cuanta más información, imaginación, creatividad y práctica tengamos, mayor será la probabilidad de disfrutar de nuestra sexualidad.

Si bien el placer sexual es algo muy subjetivo y existen tantas sexualidades como personas, podemos tener en cuenta algunas pautas básicas para aprender más sobre nuestra sexualidad y la de nuestra pareja y poder así disfrutar más.

¿Buenos amantes para impresionar o para disfrutar de la sexualidad?

Cuando mantenemos relaciones sexuales esporádicas creemos que es más importante ser un buen amante y dejar a nuestra pareja sexual boquiabierta que disfrutar de la relación sexual en sí. Incluso, a veces, caemos en el error de pensar que por ser  “un polvo de una noche” no es necesario esforzarse, al fin y al cabo lo hacemos para liberar la tensión sexual, ¿o no? La calidad de las relaciones sexuales no tiene porque ir ligado al tipo de relación con la otra persona, podemos disfrutar igual sean relaciones de una noche, relaciones sexuales a largo plazo (lo que conocemos como “follamigx”) o una relación de pareja.

Saber disfrutar de las relaciones, aprender a conocernos sexualmente y a nuestra pareja, que nuestras relaciones sean satisfactorias, divertidas y placenteras, depende de nosotros mismos. Ser un buen amante hace que disfrutemos de nuestra sexualidad y que nuestra pareja sexual disfrute con nosotros también.

¿Cómo puedo ser un buen amante?

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Cuando hablamos de ser un buen amante, obviamente, hablamos de hombres y mujeres por igual, de relaciones heterosexuales, gays o lésbicas, y de relaciones esporádicas o estables. Nadie dijo que en temas de sexualidad fuese coser y cantar, por eso es importante tener en cuenta que en cualquier aspecto de ésta se puede mejorar, conocer y, sobre todo, disfrutar. Cantidad no siempre significa calidad. Algunas recomendaciones a tener en cuenta son:

  • Juegos eróticos. Las relaciones sexuales no son simplemente genitales y coito, hay un mundo enorme por descubrir. Atrevernos a jugar con nuestra pareja hará que sea más excitante, divertido y que disfrutemos a tope juntos. Los 5 sentidos son importantes para gozar de nuestra sexualidad (masajes, susurrar al oído, juguetes eróticos, ropa sexy, etc.)
  • Dar y recibir placer. Abandonarse a las sensaciones placenteras cuando nos abrazan, nos acarician, nos besan y ofrecer nuestro cuerpo a nuestro amante es el placer máximo. Sentirnos libres de prejuicios y de tabúes hace que nos sintamos libres sexualmente y disfrutemos del aquí y el ahora. Podemos ser egoístas, pero no egocéntricos.
  • Promover la curiosidad erótica. Diferentes lugares, diferentes posturas, diferentes momentos del día, diferentes prácticas…pueden resultar muy excitantes.
  • ¿Qué le gusta sexualmente a mi pareja? ¿Y a mí? No podemos pretender ser adivinos o que nuestra pareja lo sea y nos lea la mente. Por eso es importante la comunicación, saber qué y cómo le gusta, sus preferencias, sus fantasías, qué les excita más, etc. para que la relación sea satisfactoria y placentera.
  • Aprender. Leer, curiosear, ver, hablar sobre sexualidad hace que aprendamos acerca del tema. Cómo excitar, como disfrutar, conocer nuestra anatomía, cómo responde nuestro cuerpo, son temas que no deberíamos dejar pasar. Tener conocimiento y una buena educación sexual hará que sepamos más y tengamos diferentes perspectivas y una actitud positiva hacia la sexualidad.
  • Pedir y escuchar. Todos estamos en nuestro derecho de pedir lo que nos gusta y por tanto, también aprender a escuchar lo que nos pide nuestra pareja. Eso sí, siempre partiendo de la base del respeto, no obligaremos a nadie a hacer nada que no le guste ni le excite.

¿Realmente se puede ser un buen amante en una relación esporádica?

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Puede que muchos estéis pensando que estas pautas son complicadas llevarlas a cabo en una relación esporádica o en la primera vez con alguien: no nos conocemos lo suficiente, me da vergüenza, me da miedo cómo actúe la otra persona, no me atrevo…¿Por qué? Depende de la actitud que tengamos hacia la sexualidad, de nuestra educación, de las experiencias negativas que hayamos tenido, de nuestra autoestima o autoimagen negativa, etc. Son muchos los factores que pueden afectar a que las relaciones de una noche o con nuevas parejas puedan ser satisfactorias o un desastre:

  • Estar pensando en mi cuerpo, mis pechos, el tamaño de mi pene, en si tendré una erección o no, en si llegaré al orgasmo, etc. son síntomas de que la relación sexual no va por buen camino. Las relaciones sexuales tienen que ser divertidas y placenteras, si nos preocupamos más de otras cosas que en disfrutar del acto en sí, está relación está destinada al fracaso. Hay que abandonarse al placer.
  • Si nos hacen algo que no nos gusta o hacemos algo que no le gusta a la otra persona y no lo decimos, probablemente no queramos repetir. Ya que hemos venido a pasarlo bien, podemos decir de forma sutil que eso no nos gusta, y empezar a disfrutar. Así como no obligaremos a nadie a hacer algo que no le gusta.
  • Como hemos dicho, las relaciones sexuales van más allá de los genitales y el coito. La penetración es una práctica más dentro del amplio abanico de las relaciones sexuales, si vamos directo al grano sin estimular antes, sin jugar o excitar, puede ser doloroso y aburrido.
  • En caso de relaciones entre hombre y mujer, no podemos delegar toda la responsabilidad a la erección del pene para que haya o no una relación sexual, así como tampoco al tiempo que tarde en eyacular.
  • Al igual que no podemos dar por finalizada la relación sexual cuando el hombre ha eyaculado, ya que la satisfacción de la mujer es igual de importante.
  • También es importante no olvidar que si hemos consumido algún tipo de droga, como por ejemplo alcohol, nuestra sexualidad se puede ver alterada y la relación sexual puede ser un fracaso. Si mantenemos relaciones en estas condiciones, no debemos sorprendernos si algo falla, aunque pensemos que al principio ayuda a desinhibirnos, a la larga nos afectará negativamente (problemas de erección, problemas para llegar al orgasmo, problemas de lubricación, etc.)
  • Cabe tener en cuenta que, aunque pueda ser una relación muy satisfactoria, placentera y divertida, no podemos pretender que sea una relación sexual perfecta con alguien a quien acabamos de conocer. Por eso es importante aprender de cada experiencia y quedarse con lo mejor de ésta, lo que nos ha gustado o incluso, lo que podemos cambiar y/o mejorar.
  • Y sobretodo, lo más importante, el respeto y la asertividad con la otra persona. Si no nos ha gustado, si no nos interesa más esa persona, etc. podemos decir las cosas con sutileza y respeto. Pensemos en cómo nos gustaría que nos dijeran las cosas a nosotros, teniendo en cuenta que la sexualidad es un tema, a veces, delicado.

Ser un buen amante depende de nosotros mismos. No olvidemos que cada experiencia nos hace aprender y experimentar nuevas sensaciones, no sólo a nivel sexual, sino erótico y personal también. Tenemos una vida entera para disfrutar de nuestra sexualidad, ¿por qué no empezar ahora?

Fuente: Sexo para torpes

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