Una enfermedad de cuento de hadas: El síndrome de Pinocho – Medciencia

Como cada fin de semana volvemos a la carga con nuestra sección de cuentos de hadas, hoy explicaremos un síndrome que adopta el nombre de “síndrome de Pinocho“ a pesar de que en la clínica psiquiátrica se conoce más por los nombres de mentira patológica o compulsiva o también por el nombre de “mitomanía”.

Aunque la mentira puede resultar algo normal en la infancia desde un punto de vista evolutivo, cuando en la edad adulta nos encontramos con personas que envuelven su vida con farsas y engaños para justificar determinadas acciones o simplemente para equilibrar problemas de autoestima, entonces nos encontramos ante un serio problema.

Pero hay que ir con cuidado, no toda la gente que miente constantemente padece este síndrome, bastantes de estos mienten conscientemente y con el objetivo de obtener un beneficio. El mentiroso patológico no miente con una intención. Sus mentiras no son planeadas sino espontáneas, y una vez que comienzan no pueden parar, y a veces pueden mantener sus mentiras durante años. El mentiroso patológico sabe que está mintiendo, pero no puede evitarlo, y luego termina creyendo lo que dijo.

Las características que definen mitomanía son:

  1. Las historias contadas no son del todo improbables, ya que a menudo tienen algún atisbo de verdad. Las historias no son delirios o una manifestación de lapsicosis: si se le presiona, el mentiroso puede llegar a admitir que lo que cuenta no es cierto, aunque de mala gana.
  2. La tendencia a mentir es duradera, no es provocado por una situación inmediata o por la presión social sino que más bien se trata de una característica innata de la personalidad.
  3. El motivo interno último, no el externo, de dicho comportamiento se puede discernir clínicamente.
  4. Las historias contadas tienden a presentar al mentiroso de manera favorable. Por ejemplo, la persona puede presentarse a sí misma como alguien increíblemente valiente, sabio o relacionado con personas famosas.

La mentira compulsiva también puede presentarse como falsos recuerdos, donde el paciente realmente cree que los acontecimientos ficticios han tenido lugar, sin tener en cuenta que estos eventos son fantasías de su mente. La víctima puede creer que él o ella ha cometido actos sobrehumanos del altruismo y amor o actos igualmente grandiosos de una maldad , que responden a sus propias fantasías.

La mitomanía no es inofensiva. Al contrario, tiene una serie de efectos en distinto nivel. En el plano social, el mitómano comienza a perder credibilidad y se lo categoriza como el “cuenta cuentos”. A nivel familiar, es visto como una persona poco confiable y desde el punto de vista de las amistades, éstas tienden a alejarse o bien la persona termina apartada del grupo.

La psicoterapia parece ser uno de los únicos métodos para el tratamiento de una persona que sufre la mentira patológica, pero en la actualidad, no hay suficiente investigación en el área de la mentira patológica que pueda garantizar la cura del paciente.

Fuentes : De psicología / Wikipedia / ISEP clínic.

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