La cerveza, un factor de protección tras un infarto

cerveza

No cabe duda de que la cerveza tiene mil y una bondades. Ya os contamos hace unos meses que incluso hidrata igual que el agua (aún hoy en día con el estudio en la mano siguen tratándome de loco cuando hablo de ello), e incluso nos deshicimos de unos cuantos mitos que todo buen amante de la cerveza debería conocer. Pero ahora hay más, y es que la cerveza podría ser protectora (en cantidades moderadas) tras haber sufrido un infarto.

Si si, como lo leéis. Según un estudio publicado en Basic Research in Cardilogy y dirigido por la directora del Centro de Investigación Cardiovascular de España (CSIC-ICCC) y la investigadora Gemma Vilahur, del mismo centro, la ingesta moderada de cerveza tiene un papel protector frente a las lesiones miocárdicas agudas asociadas al infarto y, además, favorece la función global del corazón.

Para realizar este trabajo se usaron animales de laboratorio a los que se les dio, durante 10 días, una dieta rica en colesterol junto a unas cantidades de ligeras a moderadas de cerveza (un grupo con 12,5 g de alcohol al día, otro con 25 g de alcohol al día, otro cerveza sin alcohol y un último grupo control que no tomó cerveza).

Tras esto, se les indujo los infartos a los animales, y continuaron con la misma dieta durante otros 21 días. El resultado fue que los animales suplementados con cerveza tradicional con un consumo leve-moderado manifestaron “menor estrés oxidativo y apoptosis (muerte celular), además e una menor fibrosis cardíaca, y por tanto, un mejor funcionamiento global.

Como recuerda la investigadora Gemma Vilahur, anteriormente ya se había asociado el consumo moderado de alcohol (10 – 30 g al día) con un menor riesgo de infarto o muerte. En esta nueva investigación se quería comprobar si el consumo de cerveza tradicional y cerveza sin alcohol también tenían este papel protector.

Y yo personalmente me estoy preguntando quién se toma una copita de whisky u otro tipo de alcohol de forma diaria para “proteger su corazón” (vino o cerveza, con las comidas, aún. Pero “alcohol” en general…).

La parte buena de la cerveza son sus ingredientes (agua, cebada malteada, lúpulo) y todos los nutrientes que contiene, como las famosas vitaminas de tipo B (especialmente la B9 o ácido fólico), la fibra y los diversos minerales (silicio, potasio, magnesio, y poco sodio). A esto cabe añadir el xanthohumol, un polifenol (antioxidante natural) de los más destacados de la cerveza.

Este compuesto, como bien recuerda la Dra. Vilahur, también tiene grandes efectos protectores para nuestra salud cardiovascular. Así que si lo sumamos al efecto protector de las cantidades moderadas de alcohol, la cerveza es una bebida idónea para nuestro corazón (con moderación, que nadie se equivoque al leer esto).

Vía | EuropaPress.

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