Todos tenemos nuestros hábitos y costumbres arraigados del día a día. Pero, de la misma forma que las tradiciones de un país, ¿que sean hábitos significa que son buenos para nosotros? Puede que algunos de ellos si, pero hay unos cuantos que no, y que por ello la mejor idea sería dejarlos de lado e intentar separarlos de nuestra forma de ser para así poder fomentar nuestras relaciones con los demás. Hoy hablaremos de algunos de ellos:
1. Buscar llamar la atención quejándose
Todos tenemos quejas sobre alguna parte de nuestra vida diaria, ya sea trabajo, estudios o incluso ambas (yo particularmente tiendo a quejarme demasiado por tonterías, pero prometo que me lo replantearé…). Eso si, una cosa es quejarse porque viene de paso en la conversación, y otra es basar absolutamente todas nuestras conversaciones en quejas. Eso no nos favorece a nosotros, ni a nuestra imagen de cara a los demás.
2. Centrarse en uno mismo en lugar de intentar tener una conversación decente
Cuando tenemos una conversación con alguien no es ni por asomo necesario tener preparadas diversas frases elocuentes, pues muchas veces se pierde tiempo en idear una buena respuesta para quedar bien con nuestro interlocutor, y eso hace que no prestemos atención al trasfondo de la conversación, y por supuesto nuestro receptor se acabará dando cuenta de esto.
Cuidado, vale más la pena saber escuchar y centrarse en lo que nos dicen, para poder dar también una sincera y buena opinión.
3. La multitarea
Esto puede tomarse como una llamada de atención para todo aquel con un smartphone. Cuando se tiene una conversación, se hace eso, hablar. Ni mirar las redes sociales, ni hablar por WhatsApp, ni actualizar estados, ni mirar que tiempo hará mañana para ir a la playa. Si se queda con alguien es para pasar tiempo con ese alguien, no con el teléfono que lo tienes las 24 horas a mano. De verdad, intentad controlaros.
Se que es difícil (a mi me pasaba mucho antes, y alguna vez pasa hasta que me doy cuenta, me avergüenzo yo mismo, y guardo el móvil), pero hay que dejar de lado la tecnología a cambio de una buena conversación.
4. Buscar ser elogiado, y no saber agradecer dichos elogios
A tod@s nos gusta que nos digan cosas bonitas, nos lacen algún piropo, o nos digan lo bien que hemos hecho algun determinado proyecto o trabajo. Pero eso no quiere decir que tengamos que buscar llamar la atención y buscar dichos elogios de forma obsesiva, como por ejemplo vestirnos tremendamente bien y decir cosas como “Hoy me he vestido muy mal”, cuando es evidente que no es así.
Por otra parte, también está bien saber recibir los elogios. No es necesario lanzar comentarios modestos, queda muchísimo mejor un simple “gracias” que cualquier otra frase que se nos pueda ocurrir. Ser cortés es fácil.
5. Cortar la conversación a los demás
Los debates están bien, es una cosa que personamente siempre me ha gustado, porque de alguna manera te fuerza a aprender a defender tu opinión con buenos argumentos. Eso si, tanto en un debate como en una conversación trivial, es muy feo cortar las frases de los demás a la mitad o directamente no dejarles hablar. Por eso mismo mucha gente odia las tertulias televisivas, porque se cortan los unos a los otros, y así no hay quien se entere de nada.
De verdad, es muchísimo mejor saber escuchar y después hablar, y por supuesto queda mucho mejor con nuestro interlocutor.
Imagen | Respuestario.