Decía el famoso anuncio: “¿A qué huelen las nubes? ¿A qué huele la lluvia?” A la primera pregunta no tengo la respuesta pero sí para la segunda: a geosmina.

Realmente es el olor que se produce cuando la lluvia moja la tierra donde viven los organismos que la producen.

Estas sustancias son también responsables del sabor del agua potable. La palabra viene del griego y significa “aroma de la tierra”. La producen algunas cianobacterias y fundamentalmente Streptomyces coelicolor. Es una bacteria  que se encuentra en la mayoría de los suelos y es totalmente inofensiva para el ser humano.

Los estreptomicetos son muy importantes y beneficiosos para nosotros. Mueven muchos miles de millones al año en la industria farmacéutica, ya que producen cerca de 500 antibióticos distintos y se estima que puedan producir muchos más. Entre algunos de ellos se encuentran los antibióticos utilizados contra la tuberculosis, la gonorrea o las fiebres tifoideas.

En la fotografía podemos apreciar una colonia de Streptomyces coelicolor.

  • Para desgracia de los enólogos, la presencia de geosminas estropea el sabor del vino.
  • Pero por suerte para los camellos, la presencia de estas sustancias es la señal de que el agua está cerca, haciendo posible la supervivencia en el desierto. Se cree que los camellos detectan su olor incluso a 80 Km de distancia.

De este modo, las geosminas pueden ser un buen aliado si te pierdes en el desierto…

Fuente: Brock (Ed. Pearson, 2009), Nature Chemical Biology 3 , 711-715 (2007), Encuentros en la biología

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