¿Cómo afecta el cambio de hora a nuestro organismo? – Medciencia

En la madrugada del pasado sábado 24 al domingo 25 de marzo tuvimos que adelantar la hora, privándonos así de una valiosa hora de sueño. Pero, comodidades de sueño aparte, ¿estos cambios de hora en octubre y en marzo pueden afectarnos más de lo que pensamos a nivel físico y emocional?

Pues la respuesta es que si. Los cambios de horario como ya sabréis sirven como método de ahorro energético desde el 15 de abril de 1918 en España (el primer motivo que dieron era aumentar las horas de luz diurna en las tardes y reducirlas en las mañanas, pero más adelante se supo que el verdadero motivo tenía que ver con el bolsillo, como casi todo en esta vida).

Curiosidades aparte, la alteración de nuestro horario puede llegar a alterar nuestras funciones biológicas y nuestros ciclos del sueño – vigilia (es decir, si se altera nuestro horario de alguna forma, el ciclo del sueño se ve afectado, y las consecuencias no son muy agradables), tal y como ocurre con el famoso “jet lag” cuando viajamos en avión. Este último no tiene nada que ver ni con el viaje, ni con el país a donde viajemos, sino que tiene que ver con la alteración del horario al que estamos acostumbrados, pues nuestro cuerpo necesita un período de adaptación.

Podemos sufrir diversos tipos de síntomas por culpa de estas alteraciones, destacando la alteración del sueño, irritación y distimia (un trastorno afectivo o del estado del ánimo). Las alteraciones dependen de los órganos que están más activos durante este proceso de adaptación de nuestro organismo, donde podremos hablar de la siguiente variedad de síntomas:

  • Somnolencia, irritabilidad, dificultad de atención, concentración y memoria.
  • Malestar general, fatiga, bajo rendimiento y menor productividad.
  • Cambios en el estado de ánimo e incluso depresión.
  • Trastornos digestivos, acidez estomacal, disminución del apetito por el día pero aumento por la noche.
  • Molestias psicosomáticas (es decir, alteraciones emocionales que dan síntomas físicos).

Estos cambios de hora estacionales suelen afectar especialmente a aquellas personas que tienen unos horarios fijos para realizar las actividades de su vida cotidiana. Los expertos dicen que la alteración del ciclo del sueño – vigilia también afecta a nuestro sistema hormonal, ya que al cambiar el ritmo circadiano, se producen ciertos trastornos hormonales, que pueden llegar incluso a provocar accidentes.

La adaptación en adultos es de alrededor de 3 días, en los cuales hay cierta facilidad a cometer errores, a la falta de atención, irritabilidad, etc. Los niños lo tienen más fácil, pues les cuesta menos adaptarse al cambio de horario, aunque también pueden manifestar mayor irritabilidad y presentar más somnolencia los primeros días. Por otra parte, las personas enfermas o con algún trastorno del sueño (insomnio, alteración del ritmo circadiano o alteraciones hormonales) pueden sufrir mareos y alteraciones del estado del ánimo que llegan a alargarse hasta una semana, porque su sistema hormonal no se ha adaptado aún.

Como consejo para la adaptación (para el próximo cambio de hora, porque creo que ahora os pillo un poco tarde), los expertos recomiendan ir haciendo cambios progresivos durante la semana anterior al cambio de hora, para disminuir o evitar estas consecuencias. Por ejemplo adelantar las actividades 10 minutos cada día (como el tiempo que se dedica a comer, a pasear u otras actividades), para así adaptar al organismo poco a poco a la nueva situación.

Vía: Salud.com.

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