¿Cómo apagar un fuego sin usar agua? – Medciencia

Siempre pensamos que el enemigo natural del fuego es el agua. Si nos encontramos ante un incendio nuestro primer impulso es buscar agua para apagarlo. Sin embargo, existen situaciones en la que el agua puede provocar más daños que el incendio. Por ejemplo, si tenemos una sala llena de ordenadores usar agua provocaría un cortocircuito. Para estos casos la química ha creado diferentes compuestos capaces de apagar un incendio, y de una manera incluso más rápida que el agua.

Lo que llamamos fuego es realmente el resultado de una reacción química llamada combustión. Cuando un trozo de madera está ardiendo las moléculas que forman parte de la madera están reaccionando con el oxígeno del aire liberando dióxido de carbono (abreviado CO2) y una gran cantidad de calor concentrado (si quieres saber más sobre este tipo de reacciones puedes leer La química de la combustión espontánea). Una reacción de combustión parecida se produce cada día en nuestro interior con las moléculas de hidratos de carbono y grasas que comemos, pero en este caso la reacción esta dividida en muchos pasos intermedios, ralentizándola y permitiendo aprovechar la energía que se produce sin salir ardiendo, por eso necesitamos respirar oxigeno y expulsar CO2, igual que el incendio.

En este artículo me estoy refiriendo a incendios de compuestos de carbono (como madera) pero existen otros compuestos químicos capaces de arder produciendo en la reacción otros gases nocivos diferentes del CO2, y llamas de colores diferentes de los que estamos acostumbrados. Mezclando la pólvora con estos compuestos químicos se producen los fuegos artificiales de diferentes colores que vemos en las fiestas.

En todas estas reacciones de combustión, siempre es necesario el oxígeno. Al tapar una vela con un vaso se puede ver apagarse la llama cuando ha terminado con todo el oxígeno que había en el interior del vaso. Dentro del vaso únicamente queda CO2, que químicamente no reacciona con casi nada (de hecho, cuando se descubrió este gas recibió el nombre de “gas fijo” por este motivo).

Si deseamos apagar un incendio sin usar agua tendremos que pensar en evitar que el oxígeno del aire alimente el fuego. La manera más simple es evitar el contacto del aire con el objeto ardiendo, por eso si queremos apagar a una persona en llamas la mejor estrategia es cubrirlo completamente para evitar el contacto con el aire.

Aun así, la estrategia más popular de apagado de incendios a pequeña escala son los extintores. Los mas extendidos funcionan echando agua al incendio. Aunque en realidad no echan agua, sino que expulsan dos compuestos químicos que al reaccionar entre si producen agua.

Pero también existen extintores que no expulsan agua. Los extintores antiguos, llamados ABC, contienen una mezcla de diferentes compuestos químicos capaz de atrapar el oxígeno del aire apagando el fuego, pero con la desventaja de que esta mezcla química es realmente corrosiva y puede provocar heridas a la gente.

Para evitarlo, los extintores más recientes usan algo mucho menos dañino: el propio CO2 del aire. Estos extintores contienen nieve carbónica, que es CO2 que se mantiene en estado sólido debido a la fuerte presión en el interior del extintor. Al abrir el extintor creamos una nube de CO2 encima del incendio, desplazando el oxígeno e impidiendo el crecimiento del fuego.

En habitaciones con una gran cantidad de ordenadores y tecnología existe otro método de extinción de incendios que sustituye a los aspersores de agua: en caso de incendio automáticamente se libera gas argón, un gas noble que no reacciona químicamente con nada y que es más pesado que el oxígeno, de manera que la nube de argón viaja al fondo de la sala y desplaza el oxígeno.

El principal inconveniente de estos sistemas es también su mayor ventaja: desplazan el oxígeno para apagar el incendio, de manera que si por alguna situación te encuentras en un almacén de ordenadores y expulsan gas argón en el incendio, no podrás respirar.

Por eso, actualmente se han desarrollado compuestos químicos similares al agua pero que no provoquen cortocircuitos en componentes electrónicos. Los laboratorios 3M en Estados Unidos han desarrollado recientemente un compuesto químico llamado Novec 3M que actúa como el agua a la hora de apagar un incendio pero se evapora cincuenta veces más rápido. Ecsparcir este líquido con los aspersores apagaría un incendio y dejaría todo seco en cuestión de dos minutos, sin dañar la tecnología ni afectar al oxígeno del aire.

El fuego siempre ha sido un peligro y poco a poco inventamos nuevas maneras de combatirlo. Es curioso comprobar cómo tenemos los mismos requerimientos que el fuego, ambos necesitamos oxígeno para vivir; pero a cambio el agua nos da vida y al fuego se la quita.

Fuente | 3M

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