Curiosidades vitamínicas (IV): Vitamina B5 y B6 – Medciencia

VITAMINA B5

Dentro de las vitaminas hidrosolubles, la B5 o ácido pantoténico es quizás a la que menos atención prestamos los dietistas-nutricionistas. No es porque sea menos importante para nuestro organismo -ya que es totalmente indispensable para la formación de coenzima A y por tanto se considera necesaria para el metabolismo de carbohidratos, proteínas y grasas- sino porque está presente en prácticamente todos los alimentos. ¿Sabías que es por ello que recibe el nombre de ácido pantoténico? Pues sí, porque tal nombre deriva del vocablo griego panthos que significa “en todas partes”.

Por esta razón, la deficiencia en esta vitamina es muy improbable y bastante rara, aunque sí se ha descrito algo relativo a su deficiencia. De hecho es posible que hoy, el día siguiente a la noche de San Juan, la noche en la que es tradicional saltar las hogueras, más de uno presente tales síntomas. ¿Qué por qué? Muy fácil,  porque el cuadro descrito por deficiencia en B5 se ha denominado síndrome de los pies ardientes.

Aunque como decimos, es tan raro no aportar la dosis suficiente debido a que se encuentra en prácticamente todos los alimentos que incluso en España no se han establecido recomendaciones de consumo para esta vitamina (aunque como orientación se utilizan las descritas para la población estadounidense y canadiense)

VITAMINA B6

La B6 o también denominada piridoxina puede que le suena a alguna mujer porque se ha recomendado para el síndrome premenstrual, sin embargo esto no queda muy claro y parece ser que los resultados son muy inconcluyentes. A los que seguramente les sonara más, es a los deportistas ya que su función está estrechamente ligada al metabolismo de las proteínas y de los aminoácidos e interviene en la producción de músculo, hemoglobina y otras proteínas críticas para el rendimiento deportivo.

En principio, a mayor ingesta de proteínas mayores necesidades de vitamina B6. Aunque esto no supone un gran inconveniente debido a que los alimentos proteicos son precisamente la principal fuente de esta vitamina. De esta forma, su deficiencia solamente suele aparecer en personas con dietas muy bajas en proteínas y, aunque suele ir asociada a otras carencias, produce: anemia hipocrómica no ferropénica, signos de irritación neurológica y alteraciones en la piel y mucosidades tales como glositis (hinchazón de la lengua),  estomatitis (irritaciones alrededor de la boca) y lesiones seborreicas alrededor de la nariz y los labios.

Imagen| CuidaTUcuerpo

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