¿Es bueno tomar el sol? (I): Historia y moda.

Se acerca con paso firme esa estación del año tan deseada por muchos. El verano esta a la puerta de la esquina y ya se hace notar con las altas temperaturas que hemos podido “disfrutar” (los que no tengáis exámenes, ¡dichosos vosotros!) este fin de semana en España. Much@s habréis aprovechado el buen clima para hacer una escapadita a la playa y tomar el sol, así que no vendrá nada mal saber que dicen los expertos sobre estos temas.

En esta primera parte hablaremos de la moda y consecuencias que tiene esta práctica lúdica. Y, como no podría ser de otra forma, os contaré algún que otro dato histórico.

Para empezar, se sabe desde hace muchos siglos los beneficios que tiene tomar el sol (de los cuales os hablaré en la próxima parte de este artículo), pero no fue hasta el siglo XX cuando estalló la moda de tomar el sol, empezando por Coco Channel (os sonarán los perfumes Channel, pues ella fue su creadora).

Esta mujer volvió con un buen bronceado después de un viaje en Yate desde París a Cannes. Seguramente fue algo accidental, pues en esa época se identificaba la piel morena o tostada con la clase pobre y trabajadora que se pasaba el día al sol, y no con los ricos y adinerados que no necesitaban trabajar, y mayoritariamente lucían una piel lo más pálida posible.

Sin embargo, Coco Channel tuvo mucha influencia, y en esa época la moda se apoderó de la sociedad, pues eran los años donde la mujer empezaba a tener más peso y actividad en la sociedad, y Coco era uno de los símbolos de mujer emprendedora. A partir de ese momento, la piel bronceada comenzó a ser símbolo de salud, riqueza, juventud y estatus social (a pesar de que ya en aquellos tiempos se advertía de los perjuicios de esta práctica de exceso de sol).

Más adelante, después de la Segunda Guerra Mundial, en los EEUU estalló la segunda oleada de moda del bronceado, gracias a los soltados que procedían de guerras del sureste asiático, del Mediterráneo o del Pacífico sur, donde los climas son cálidos y broncearse es fácil. Estos soltados volvieron con un aspecto saludable y fuerte, que rápidamente fue adoptado como moda por sus conciudadanos y simbolizó la lucha por la democracia.

La gente también empezó a identificar el bronceado con riqueza y de viajar mucho, aunque ninguno de los dos fuera el caso (como pasa aún hoy en día, que identificamos a una persona bronceada con algún viaje de placer en verano, ¿no?). La peor parte se la llevo, como no, la ignorancia de los riesgos relacionados con el exceso de exposición solar, que mucha gente ha pagado hoy en día con distintos cánceres de piel o con consecuencias por quemaduras de hace 10 o 20 años.

Por último, la industria del bronceado y las cámaras de rayos UVA estalló a finales de 1970 y dio su boom en 1980. Hacía 1987 los salones de bronceado disfrutaron de un gran crecimiento como negocios en EEUU (según la American Business Information).

Cabe destacar que actualmente aún hay mucha gente que piensa que hay que ponerse primero de color rosado o rojo para luego acabar bronceado, y no es así. Ponerse rojo es símbolo de alarma, de que nuestra piel no ha sido capaz de absorber bien la exposición solar. Mucho cuidado con esto.En la próxima entrega os hablaré de las implicaciones en la salud de la sobreexposición solar y del envejecimiento de la piel o fotoenvejecimiento.

Vía: Bronceado.com.

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