Esto es lo que sucede en tu cuerpo cuando corres una maratón

tu cuerpo cuando corres una maratón

La cantidad de reacciones físicas y psicológicas que debe aguantar tu cuerpo cuando corres una maratón forman un complejo conjunto. En su día os hablamos de cómo entrenar mentalmente para una maratón, pero hoy nos enfocaremos más al plano físico, es decir, al qué sucede en nuestro cuerpo a la hora de realizar tal hazaña física, ya que no consiste sólo en correr y aguantar sin más.

Tu cuerpo cuando corres una maratón, resistencia extrema

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En lo primero que nos fijaremos respecto a las sensaciones de una maratón es el dolor, que como bien dice el Dr. Lewis G. Maharam, presidente de la Asociación de Directores Médicos de la Maratón Internacional, “es parte del juego”. Va a doler, nuestros músculos van a sufrir la mayor parte de este dolor, y aunque sepamos que forma parte del trato, muchas veces igualmente emprenderemos la aventura sin mayores miramientos.

Además, de forma cotidiana solemos usar las fibras musculares de contracción lenta, ya que para realizar la mayor parte de nuestras tareas o desplazarnos a cualquier sitio no necesitamos más. Sin embargo, una maratón no implica recorrer una distancia cotidiana, ni al ritmo cotidiano. En este caso el cuerpo recluta todas y cada una de las fibras músculares, tanto las de contracción lenta como las de contracción rápida (estas últimas sólo usadas normalmente en carreras de velocidad). Asimismo, necesitaremos usar una enorme cantidad de sangre y casi todos los suministros de carbohidratos corporales, almacenados en los músculos y la sangre.

Entre este consumo de energía, hay varias fases. En primer lugar el cuerpo busca consumir las reservas de glucógeno, pues es la forma de almacenar el azúcar en nuestro organismo, y posteriormente se lanza a por la grasa corporal, e incluso a por las proteínas musculares si hiciese falta. En esa última fase podemos llegar incluso a sufrir síntomas psicológicos como confusión o desorientación.

Pero eso no es todo, pues hay un músculo en particular que trabaja más que ningún otro: El corazón. Por ello, hay que cuidarlo, pues es el responsable de conseguir una correcta oxigenación a nivel sistémico mediante un bombeo correcto de la sangre corporal, la cual es responsable del transporte de oxígeno y la expulsión del dióxido de carbono tras hacer el intercambio de gases en los pulmones.

La importancia de la hidratación en una maratón

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Para que dicha sangre no se espese debemos hidratarnos correctamente, pues en caso contrario sobrecargaremos otro órgano adicional a causa del exceso de tensión arterial: Los riñones. Si esto ocurre, es decir, si la sangre se espesa demasiado, puede haber problemas de temperatura, pues el cuerpo debe elegir entre enviar sangre a los músculos para que sigan trabajando, o enviar sangre al sistema de capilares bajo la piel para llevar a cabo la refrigeración. Llegados a este punto, si se agotan también las reservas de glucógeno, el hígado empieza a destruir proteínas para usarlas como energía.

Por otra parte, respecto a la hidratación, hay que saber controlar la dosis. Si hay un exceso de hidratación podemos entrar en hiponatremia, un tipo de desequilibrio de electrolitos, algo que puede llegar a causar graves daños a nivel cerebral (incluyendo la pérdida de memoria).

¿Por qué no importa el dolor?

Muchos corredores llegan a la linea de meta con dolores, causados en parte por la inflamación y los desgarros musculares microscópicos, además de por los golpes recibidos por las articulaciones y los ligamentos corporales. Por su parte, el sistema inmune se queda un poco tocado durante meses, cosa que hace susceptibles a resfriados e infecciones a los maratonistas, sin llegar a nada grave.

Para finalizar, la duda evidente es: ¿Por qué exponemos al cuerpo a todas estas dolencias? 

Los expertos lo tienen claro: Vale la pena. El dolor de una maratón es “como un parto”, es un dolor que se olvida, pero la hazaña permanece en la memoria.

Vía | ABC News.

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