La película “Limitless” se hace real: El fármaco que nos hace aprender más rápido – Medciencia

Puede que os suene la película Limitless (Sin Límites, en español), un film donde el protagonista consume una nueva droga que le permite aprovecharcada uno de sus impulsos cerebrales: Recuerda absolutamente todo lo que ha hecho o aprendido, y de hecho su velocidad de aprendizaje es pasmosa. ¿Podría existir algún día un fármaco que consiguiera tal efecto en los seres humanos? De momento aún no, pero vamos por el buen camino según una nueva investigación.

La píldora que hace que los adultos aprendan tan rápido como los niños

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Como ya sabéis, la velocidad de aprendizaje de nuevos conceptos se va perdiendo con la edad, siendo máxima en la edad infantil y disminuyendo progresivamente. Esto se debe principalmente a las sustancias químicas cerebrales, concretamente la serotonina y la acetilcolina, las cuales se encuentran en altas concentraciones en los niños pequeños. Sin embargo, estas van reduciendose paulatinamente con la edad, siendo máximas antes de los 7 años de edad (en lo que se denominan “períodos críticos del desarrollo”).

Si juntamos estas elevadas cantidades se sustancias químicas con el rápido desarrollo cerebral de la niñez, los más pequeños son capaces de aprender nuevos idiomas, absorber información y ser diestros en habilidades musicales mucho más rápido que los adultos, a los cuales nos cuesta más alcanzar este nivel, pues nuestro cerebro pierde elasticidad y sustancias químicas a la vez.

Sin embargo, esto no le pasa a Bradley Cooper en la película Limitless gracias al NZT, un medicamento que “abre” todo su cerebro al aprendizaje. Y es posible que esas sustancias de cine si que exista en la realidad y estuviera delante de nuestras narices: El donepezil, un medicamento usado en la enfermedad de Alzheimer, y el valproato, un medicamento contra la epilepsia.

Medicamentos que ya existen, pero con potenciales nuevos usos

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La función del donepezil es impedir la función de la colinesterasa, un enzima que rompe la acetilcolina, por lo que esta sustancia se encontrará en menos cantidad en sangre. Al impedir la acción de la colinesterasa, habrá más acetilcolina alrededor de las neuronas, y los impulsos cerebrales serán mayores. Esto tiene mucho potencial en la enfermedad de Alzheimer donde los impulsos cerebrales están dañados, pero aún no se había probado si este medicamento podía ser usado en individuos sanos.

Previamente a esta conclusión, el profesor Takao Hensch dio donepezil a Shannon, una niña de 14 años con ambliopía (“ojo perezoso”). Tras probar el donepezil, Shannon fue capaz de procesar las imágenes con su ojo afecto igual de bien que con su ojo sano.

Por otro lado, el profesor Hensch usó otra sustancia llamada valproato, un fármaco usado en diferentes formas de epilepsia, para enseñar a adultos sin oído a elegir notas musicales. Tras consumir el valproato estos individuos fueron capaces de identificar un promedio de 5,09 notas en comparación al grupo control sin valproato que solo identificó 3,5.

“El cerebro no pierde su plasticidad para siempre con la edad. En su lugar, frena en ciertos momentos, pero su trabajo es ser elástico y volver a conectar. Sin embargo, la evolución ha creado una serie de moléculas que asegurar que no vuelva a reconectarse demasiado, y así se refleja en nuestro comportamiento adulto, esculpido a base de experiencias en la lactancia y la primera infancia”

Como veis, de forma resumida podemos resumir:

  • El donepezil se usa para mejorar la memoria de los pacientes con Alzheimer, pero también es capaz de revertir el cerebro de los adultos al periodo de la niñez o “periodo crítico” del desarrollo, donde se aprende más rápidamente.
  • El cerebro siempre es plástico, y si aumentamos los productos químicos cerebrales podemos hacer que vuelva a reconectar.
  • El valproato se usa para evitar las crisis epilépticas, pero es capaz de reconectar el cerebro y mejorar el oído.

Como imaginaréis, de momento aún falta mucho que investigar respecto a estas y otras sustancias que se usan para mejorar determinadas enfermedades cerebrales, y si es seguro y factible su uso en personas sanas. Pero, por el momento, es un buen comienzo, ¿no creeis?

Vía | The Atlantinc.

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