La reforestación ayuda en la lucha contra el Cambio Climático

Como veíamos en educación primaria, las plantas desprenden el oxígeno que necesitamos para vivir. Además de esto, nos fueron enseñando nuestros profesores, que la vegetación evita la erosión, al sujetar sus raíces el terreno sobre el que se asientan. Aprendiendo éstas y otras cosas, no sólo aprendíamos cómo está constituido nuestro planeta, sino que también poco a poco íbamos aprobando materias.

Otro fenómeno que parece que pueden producir los árboles es el enfriamiento de las temperaturas.

¿Plantar árboles, clave del enfriamiento?

La reforestación, es decir, el hecho de plantar árboles, donde antes no existían, puede reducir el efecto del cambio climático, a través de un enfriamiento de las temperaturas regionales, como ha sido publicado en la revista Carbon Balance and Management.

Se prevee que el cambio climático va a llevar a sequías durante la época estival, y a inundaciones en la época invernal, a lo largo y ancho de Europa. Usando REMO, el modelo regional del clima del Instituto Max Planck de Meteorología, los investigadores han comprobado qué ocurriría con el cambio climático en 100 años si el terreno actual que no tiene vegetación, se convirtiera en un bosque deciduo o caducifolio, es decir, bosques de árboles de hoja caduca.

Esto sería doblar la cantidad de masa forestal de Polonia, República Checa, Dinamarca, norte de Ucrania, norte de Alemania y Francia, todos juntos. Aunque en ciertos países, que ya son de por sí boscosos, como Suecia, el incremento es inferior, menos del 10%.

La gran superficie foliar y la baja resistencia aerodinámica de estos tipos de árboles llevan a un aumento de la evapotranspiración, comparada con otra vegetación, enfriando el aire circundante, y llevando a unas temperaturas superficiales más frías.

¿Evapo qué?

La evapotranspiración consiste en dos procesos distintos, por un lado en la evaporación y por otro en la transpiración. Consiste en la pérdida de humedad en la superficie del terreno que se produce a través de la evaporación directa del agua y la transpiración de los seres vivos, en especial de las plantas.

Resultados

El modelo indica que en la parte norte de Europa y en Ucrania, la reforestación resultaría en un descenso de las temperaturas entre 0.3 – 0.5ºC y entre un 10 – 15% más de lluvias en verano en el período 2071 – 2090.

El efecto de plantar árboles depende del medio ambiente de cada región. Borbála Gálos, uno de los directores del estudio, indicaba que aunque se sabe que la cantidad de reforestación que se incluye en su modelo es totalmente irreal en la práctica, incluso con un programa más modesto de plantación de árboles se podría reducir el efecto del cambio climático en el norte de Europa.

Aunque el descenso térmico fuera inferior a lo previsto, según Gálos, se produciría una mezcla de aire y de enfriamiento, la masa forestal serviría como almacén de carbón, protegiendo la biodiversidad y la calidad del aire, además de prevenir la erosión del suelo.

Conclusión

Un dato importante, sería el comprobar los parámetros del suelo, analizando si se trata de un terreno ácido, básico, neutro, carbonatado, etc. porque si el terreno de base donde se va a asentar la vegetación que queramos plantar es la idónea, la masa forestal podrá desarrollarse completamente.

Por ejemplo, hay algunas especies vegetales en las que el calcio, inhibe la absorción del potasio, por lo que aunque el suelo tenga la suficiente cantidad de potasio, la presencia de mucha caliza activa, hace que el potasio circundante en el terreno, no pueda ser absorbido. De ahí que sea tan importante un análisis previo del terreno.

Fuentes: Carbon Balance and Management y Sociedad Micológica de Madrid

Imagen: Trabajar por el mundo

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