Flatulencias para diagnosticar enfermedades

flatulencias

Las posibilidades diagnósticas cada vez son más diversas (y raras, todo hay que decirlo). Estábamos acostumbrados a poder analizar líquidos o sustancias varias como la sangre, la linfa, el líquido cefalorraquídeo (cerebral), la orina, ¡incluso las heces! Pero por lo visto aún quedaban cosas del cuerpo humano dignas de tenerse en cuenta, como hemos visto en los últimos años con los test de saliva o test del aliento. Para sumarse a estas nuevas técnicas, hoy rizamos el rizo con otra bastante curiosa (y “apestosa“): Flatulencias para diagnosticar enfermedades.

Las flatulencias, un gran cúmulo de biomarcadores gastroinestinales

flatulencias intestinales

Todo tiene su sentido si pensamos en quién produce las flatulencias humanas. No, no somos “nosotros” esencialmente, sino los microorganismos que viven en nuestro intestino, que como ya  sabéis ganan la batalla en número, pues representan un 10 a 1 respecto a las células humanas.  Así pues, se ha investigado más a fondo su potencial (recordando que estas bacterias intestinales pueden servirnos incluso para tratar enfermedades cerebrales), y según un nuevo trabajo publicado en Trends in Biotechnology, de Cell, los gases producidos por los microorganismos intestinales podrían ser un gran marcador de enfermedades intestinales, pudiendo así utilizarse en última instancia como un potente método diagnóstico. Y probablemente todos os preguntéis: ¿Cómo se puede medir una flatulencia? La respuesta de los investigadores es usar una píldora que se puede tragar, la cual contiene un sensor electrónico de gas y, al llegar al intestino, podrá medir dichos gases (antes de que salgan, claro).

Así comenta la investigación Kourosh Kalantar-Zadeh, de la Universidad RMIT de Melbourne, en Australia, y autor principal del estudio:

“Los efectos del intestino humano en las enfermedades gastrointestinales consumen una parte importante de los gastos en atención sanitaria cada año a nivel mundial. Son necesarias metodologias innovadoras para evaluar el estado del intestino y poder diagnosticar enfermedades relevantes, trayendo así beneficios sin precedentes para el público general al proporcionar dispositivos médicos y de diagnóstico que reducen significativamente el coste médico y mejoran la eficiencia del sistema de salud”

El origen de la idea de analizar las flatulencias se debe a que las bacterias que viven en nuestro intestino, a consecuencia de su metabolismo, producen gases únicos como subproductos. Por ejemplo, existen bacterias reductoras de sulfato, que producen sulfuro de hidrógeno y dando lugar a ese olor tan pestilente que recuerda a huevos podridos; por otra parte, las arqueas metanogénicas producen metano, ese gas tan conocido por ser muy inflamable. Estos gases, según anteriores investigaciones, se han relacionado con enfermedades como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal o incluso el cáncer de colon, por lo que su medición podría acelerar el conocimiento sobre hasta que punto pueden usarse como diagnóstico o incluso a nivel terapéutico, pudiendo diferenciar etapas de las enfermedades según el tipo y cantidad de gas, por ejemplo.

Actualmente es posible medir gases tras el cultivo de las heces, pero este método es muy lento y costoso, por lo que este enfoque más directo podría ser la clave para acelerar el proceso, aunque aún es necesario evaluar las diferentes dificultades para su aplicación a largo plazo, y si tiene tanto rendimiento como estiman os autores.

Vía | ScienceBlog.

Fuente | Trends in Biotechnology.

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