Nadie sufre porque quiere, ¿por qué se mantienen los problemas psicológicos?

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Muchas veces juzgamos a las personas por tener ciertos problemas, y en nuestra sociedad están especialmente estigmatizados los problemas psicológicos. Siempre pensamos que si alguien tiene un problema y no lo supera es débil o que por el simple hecho de tenerlo esta “loco” o no es tan bueno como el resto. Lo cierto es que son muchos los factores que inciden en desarrollar un malestar o un sufrimiento y si bien es cierto que no todo el mundo los desarrolla, no vendría nada mal ser un poco más tolerantes e informarnos antes de juzgar a alguien. Es por ello que hoy quiero hablar de las causas de los problemas psicológicos de forma que veamos lo frecuentes que son y lo lejos del concepto tradicional de “locura” que están, de hecho como veréis en ciertas ocasiones es lo más lógico sufrir y lo raro sería no desarrollar problema alguno.

Factores que intervienen en el sufrimiento:

Para que el sufrimiento persista (y aparezca) deben estar presentes cuatro aspectos:

– El sufrimiento tiene antecedentes históricos, viene de algún lado y tiene una razón de ser. Un origen en la historia de la persona. El malestar viene motivado por algo. Nadie está mal porque sí.

– Hay alguna circunstancia presente que recuerde o reavive el sufrimiento (de lo contrario este desaparecería). Que no la veamos no significa que no esté.

– Hay presente una cierta disposición personal (individual o familiar) para responder de esa forma concreta (y no otra) a ese tipo de sufrimiento (y no otro). Aquí entrarían tanto los factores biológicos y hereditarios, como los estilos de pensamiento y los patrones de conducta asimilados a lo largo de la vida, las experiencias que han ido formando a la persona desde niño (se mezclaría con los antecedentes históricos). La personalidad (y el temperamento) se incluyen también.

– El contexto en el que se encuentra la persona contribuye a mantener y reforzar su padecimiento. El entorno favorece que la predisposición de la persona se manifieste.

Observando esto vemos que en tan solo un punto se alude directamente a la forma de ser de la persona, y vemos que cierta parte de esta escapa de su control. Luego, ¿tenemos realmente derecho a juzgar a alguien que está esforzándose para afrontar un problema y mejorar? Yo creo que no. Todos a lo largo de nuestra vida (y dependiendo de la variación en los cuatro factores anteriores) desarrollaremos algún tipo de problema psicológico. Puede ser un insomnio, una depresión, ansiedad, fobia a volar, o cosas más complicadas como una esquizofrenia o un trastorno bipolar. Pero no olvidemos que a TODOS nos puede ocurrir algo similar en algún momento, pero de la misma forma todos tenemos la posibilidad de superarlo y seguir adelante. En España es aún difícil mentalizar a la gente de que la mayoría de problemas psicológicos se superan y la persona recupera su vida, fortaleciéndose tras el proceso, habiendo adquirido unas estrategias y herramientas que probablemente pocos otros conozcan.

El modelo bio-psico-social:

Antiguamente las disciplinas centraban el origen del malestar en solo uno de estos cuatro aspectos (mencionados más arriba) y en base a eso desarrollaban sus teorías, era lo que hoy se entiende por un modelo reduccionista. Hoy en día el modelo a seguir es el bio-psico-social, el cual abarca todas las posibles influencias en la persona y por lo tanto permite intervenir en todas ellas. El modelo bio-psico-social considera que los factores sociales (entorno, cultura), los biológicos (genética y herencia, fisiología) y los psicológicos (estilos de pensamiento, personalidad, emociones) se influyen mutuamente e influyen de forma conjunta en la persona, siendo detonados por eventos exteriores precipitantes (modelo de vulnerabilidad al estrés). Así pues los sucesos (por ejemplo una agresión) actuarían sobre las características del individuo (es tímido, tiene bajas habilidades sociales, tiene un problema de tartamudez de nacimiento) haciendo que apareciera un trastorno en concreto (en este caso, por ejemplo podría ser una fobia social).

Obviamente la aparición de este trastorno tendría su razón de ser si analizamos la historia de la persona. Si es cierto que todos tenemos control sobre nuestras vidas y podemos influir en que un trastorno aparezca o no, pero muchas veces no es nada fácil hacer esto. Si tienes las estrategias necesarias las podrás aplicar, sino, puede que necesites algo de ayuda para adquirirlas y enfrentarte al problema.

Además tradicionalmente también existía una clara división entre si se enfocaba la terapia en buscar el origen del problema (teorías más cercanas al psicoanálisis por ejemplo) o si se enfocaba en modificar los factores que mantenían el problema en el presente (enfoque más conductual), pero de nuevo hoy se trabaja entendiendo que ambos aspectos pueden interaccionar y se opta por visiones más eclécticas o flexibles, sin que esto disminuya su efectividad, al contrario aumentando las posibilidades de éxito terapéutico al estar manejando más factores.

La psicología, como disciplina científica dentro del grupo de ciencias de la salud, es una disciplina que ha demostrado claramente sus beneficios y su utilidad, demostrando empíricamente su efectividad y eficacia. Sin embargo, como en muchas otras cosas, ve frenado su avance por la concepción popular que de ella hay, habiendo que escuchar frases del tipo “no si yo no creo en eso”, “me vas a leer la mente” y cosas similares. La gente no acaba de entender que hace un psicólogo y las ideas oscilan entre los que creen que no hacen nada y los que creen que solo ayudan a gente “de manicomio” o con problemas “muy graves”.

Mi intención hoy es abrir un pequeño camino para que aquellos que duden se informen y que no se critique ni juzgue (luego tampoco se etiquete) a todas aquellas personas que tienen algún tipo de problema psicológico, y por supuesto que no se critique una ciencia que tanto ha hecho por la sociedad y a tantas personas ha ayudado.

La gente con problemas mentales caminan un camino paralelo al nuestro, pero uno más difícil, no tengamos miedo a tenderles la mano, caminar solos es más difícil que no caminar. Ayudémosles a seguir caminando y llegar al lugar en el que ambos caminos se unen.

Fuente: Wikipedia, diátesis. Wikipedia, modelo biopsicosocial.

Imagen: Deviantart.

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