Nuestros ojos delatan nuestra impulsividad

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Aunque hace poco más de un año os informamos de que los movimientos de los ojos no delatan las mentiras (como así lo creía la cultura popular), parece ser que sí podrían delatar otras cosas. En el caso que tratamos hoy, se ha llegado a demostrar que el movimiento de nuestros ojos puede llegar a informar de lo impulsiva que puede ser una persona.

En un estudio a cargo de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos), y publicado en la revista Journal of Neuroscience, se ha detectado que las personas que son más impulsivas a la hora de tomar decisiones suelen mover los ojos a gran velocidad (al menos a una velocidad significativamente superior a la normal como para poder detectarse).

El trabajo, dirigido por el investigador Reza Shadmehr, intentaba descubrir por qué algunas personas prefieren esperar a la hora de tomar una decisión y otras, por su parte, son más impulsivas. Para llegar a tal fin pensaron en medir los movimientos oculares simples, también conocidos como “movimientos sacádicos”, aquellos que se producen cuando estamos centrados en un asunto y posteriormente pasamos a otro.

Así lo explica Shadmehr:

“Tales movimientos se dan en apenas unos milisegundos, y suelen ser más rápidos durante la adolescencia y posteriormente se va reduciendo la velocidad con la edad”

Así pues, buscaron un grupo de voluntarios sanos a los que hicieron mirar una pantalla donde aparecían unos puntos de forma simultánea, primero en un lado de la pantalla y luego en el otro, y así sucesivamente. Una cámara iba grabando los movimientos oculares simples de los voluntarios mientras éstos miraban la pantalla y como se movían dichos puntos.

Se detectó que había gran variabilidad en la velocidad de movimiento entre los individuos, pero no dependiendo del momento y situación. Es decir, algunos individuos movían los ojos más rápido que otros, pero el mismo individuo tenía la misma velocidad ocular en cualquier situación o momento del día. Por ello este equipo de investigadores llegó a la conclusión de que esta variabilidad intraindividual podría ser bastante importante.

Posteriormente, estos científicos intentaron relacionar la velocidad de los movimientos sacádicos con la toma de decisiones y la impulsividad. Esto se consiguió mediante una nueva prueba donde los voluntarios miraban la pantalla, pero esta vez se mostraban órdenes visuales para que miraran a la izquierda o la derecha, y si fallaban sonaba un timbre. Además, se les advirtió que si fallaban, la orden obligaría a mirar al lado opuesto.

Cuando se comparó la velocidad de los movimientos simples con la impulsividad durante la prueba de paciencia, se detectó una gran correlación.

“Parece que la gente que hace movimientos rápidos, al menos los movimientos oculares, tienden a estar menos dispuestos a esperar”

Así que ya sabéis, puede que no detectemos las mentiras en la mirada, pero por lo visto la impulsividad si.

Vía | Journal of Neuroscience.

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