¿Por qué hay gente que adora las películas de terror y gente que las odia? – Medciencia

Esta pregunta hace muchos años que me la hago, y ayer más, porque yo soy de los que odia este tipo de películas y claro, siendo Halloween, era evidente que tocaba que ver una película de este estilo para no desentonar con la fecha y los amigos. Aún hay quien se sorprende de que odie (no que no me guste, ya es odio) este tipo de películas, porque se supone que al estudiar medicina soportas mejor las cosas “asquerosas” o impactantes, pero hablamos de cosas diferentes, y una cosa es trabajo y otra ocio, supongo, pero al menos hoy tengo varias respuestas de porqué existe tanto amor por el terror, cuando la propia palabra ya nos dice que de amor, debería haber poco.

La excitación:

Esta hipótesis tiene mucho que ver con el momento de tu vida en el que ves la película. Según el profesor Glenn Sparks, director asociado de la Escuela de Comunicación Brian Lamb de la Universidad de Purdue, una de las razones por las que la gente ven una película de terror es por el “después”, es decir, por la sensación que queda después de acabar de verla, ya que mientras visualizamos este tipo de films aumenta nuestro ritmo cardíaco, nuestra presión arterial y nuestra respiración. En definitiva, aumenta nuestra excitación, y esto persiste al haber acabado la película. Por tanto, si hay emociones positivas (como estas disfrutando con los amigos o pareja de la película), estas emociones aumentan.

Pero, también existe el caso contrario, si resulta que te han pillado en una mala temporada, y por tanto existirán emociones negativas, estas también aumentarán, y por esto puede que no queramos ver más películas de este tipo en el futuro.

Diferentes formas de sentir las cosas:

Como en todo, hay personas que son diferentes a otras en determinadas cosas. Hay quien disfruta con los aumentos fisiológicos de adrenalina, la hormona que aumenta en las situaciones de emociones fuertes o impactantes para poner nuestro cuerpo en alerta (también es la responsable de alertarnos para huir de los peligros). En total, un 10% de la población disfruta de este “chute” de adrenalina.

Pero, también puede suceder que existan personas que tengan dificultades para descartar los estímulos no deseados, siento así hipersensibles a la temperatura, o a tocar ciertos objetos, y que nuestro cerebro no asimile bien lo que sucede, y por eso estas personas sean más propensas a las reacciones fisiológicas de exceso de adrenalina en el cuerpo (seguro que este es mi caso).

La búsqueda de novedad:

Otro caso más es la búsqueda de novedad en las películas de terror, que seguramente sería un caso similar a las películas de acción. Según Sparks, todos estamos predispuestos a prestar atención a las anomalías de nuestro entorno, estamos predispuestos a estar alerta en busca de la supervivencia. Por ello, puede que busquemos la novedad en estas películas, porque aparecen cosas que por supuesto no vemos cada día (sangre, asesinados, escenas terroríficas o impactantes), junto a grandes efectos visuales que con el tiempo van evolucionando.

Sin embargo, como caso contrario, puede que las emociones negativas puedan prevalecer sobre esta novedad, es decir, que experimentemos más miedo de lo necesario, y justamente este miedo se almacena de forma más resistente en nuestro cerebro:

“Las emociones negativas se almacenan en nuestra amígdala que, en contraste con las emociones positivas, son particularmente resistentes a extinguirse. Los individuos pueden sufrir consecuencias emocionales si algo en el ambiente les recuerda a una de las escenas”

Diferencia de géneros:

Según las investigaciones, los hombres disfrutamos más de las películas de terror (debo ser la excepción que confirma la regla). Esto, según Sparks, se debería a que los hombres somos socializados para ser valientes y disfrutar de las amenazas, con la idea de dominar tales amenazas. Por otra parte, las mujeres son más propensas a buscar la cercanía física cuando se asustan, y es el momento idóneo para que los hombres muestren fuerza y valencia (el llamado “efecto abrazo”).

Es más, existe un estudio que dice que a los hombres les gusta más una película de terror cuando la ven con una mujer que esta asustada, y al revés, a las mujeres les gusta más este tipo de películas cuando las ven con un hombre que no esta asustado.

Otras razones:

De la misma forma que hay personas que disfrutan del “chute” de adrenalina, puede que estos niveles añadidos de la hormona hagan que estas personas piensen en otras cosas en lugar de pensar en sus propios problemas.

Por otra parte, las personas que son altamente empáticas, es decir, que tengan mucha más facilidad para ponerse en la piel de los demás, no disfrutan nada las películas de terror.

Así acabamos hoy. Tanto si os gustan como si odiáis las películas de miedo, ahora ya sabréis un poco mejor porqué se produce esto, y como lo ve vuestra mente.

Vía: World Of Psychology.

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