pesadillas

Comencemos por diferencias pesadilla y mal sueño. Para entenderlo de modo sencillo, las pesadillas siempre son un mal sueño, pero no todos los malos sueños son pesadillas. Es decir, la pesadilla implica angustia, y amenaza. El mal sueño genera sentimientos de tristeza, pero no tiene por qué implicar amenaza o angustia.

Habiendo dicho esto, de acuerdo con un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Montreal y publicado en la revista Sleep, las pesadillas tienen un mayor impacto emocional que los malos sueños, y el miedo no es siempre el factor de este mayor impacto. De hecho, el terror brilla por su ausencia en la mayor parte de los malos sueños y en una tercera parte de las pesadillas, según los investigadores. Por el contrario, las emociones mayoritarias son tristeza, confusión, culpa o disgusto, entre otras. Para su análisis de 253 pesadillas y 431 malos sueños, los investigadores obtuvieron los argumentos de casi 10.000 sueños.

Frecuencia temática: al parecer, la agresión física es la el argumento comentado con mayor frecuencia en las pesadillas. También son habituales temas como la muerte, los problemas de salud y amenazas. A menudo estas pesadillas se tornan tan intensas que provocan que uno se despierte. Pero no es el hecho en sí el que provoca el despertar repentino, sino la sensación de amenaza o de una atmósfera ominosa y siniestra. En los malos sueños, por otro lado, aparecen habitualmente conflictos interpersonales.

Diferencias de género: según los resultados del estudio, las pesadillas de los hombres acostumbran a contener más cuestiones relacionadas con desastres y calamidades como inundaciones, terremotos y guerras, mientras que las pesadillas de las mujeres acostumbran contener el doble de temas relacionados con conflictos interpersonales.

El misterioso mundo de los sueños

Los investigadores responsables de este estudio aún siguen preguntándose por qué soñamos y qué son las pesadillas (del 5% al 6% de la población afirma tenerlas) a pesar de llevar 20 años tratando de encontrar respuestas. Una hipótesis es que los sueños podrían ser una catarsis a las vicisitudes de la vida cotidiana; otra teoría afirma que estos reflejan una alteración del sistema nervioso.

Sean lo que sean, existe consenso entre la comunidad científica acerca de que todo el mundo sueña, por lo general, durante la etapa del sueño llamado sueño REM, por la que casi todos pasamos de tres a cinco veces por noche. La mayoría nos olvidamos de los sueños de inmediato; otros soñadores tienen tendencia ​​a recordarlos con mayor facilidad.

Según los científicos, las pesadillas no son una enfermedad en sí mismas, pero sí que pueden ser un problema para el individuo que las prevé o que está angustiado por las mismas. Esta preocupación hace que con frecuencia puedan temer quedarse dormidos. Además, algunas pesadillas se repiten todas las noches, con la consecuente y creciente sensación de malestar. El origen de estas pesadillas recurrentes puede ser un acontecimiento traumático (como por ejemplo, los soldados de una guerra que reviven las escenas que más les marcaron). El consumo o la abstinencia de alcohol o psicofármacos también pueden explicar la frecuencia o la  intensidad de las pesadillas.

Fuente | Cordis

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