Unas pocas neuronas podrían controlar cuánto comemos

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El tema de la obesidad ha sido ampliamente tratado durante los últimos años. Se han tenido en cuenta factores psicológicos (ansiedad, estrés), hormonales (como la conocida leptina), y genéticos, dando bastante peso a este último. Pero, ¿y el cerebro? ¿tiene algo que decir? Pues parece que si, y curiosamente tan solo una única vía neuronal podría controlar muchas más cosas sobre la saciedad de lo que podríamos imaginar.

Según un reciente estudio publicado en Nature Neuroscience, la activación de una vía neuronal en la corteza prefrontal del cerebro (en ratones) podría hacer que dicho animal coma más. Según comenta Ralph DiLeone, autor principal del estudio:

“Los investigadores tienden a pensar que el control se la alimentación se regula o todo desde arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba. Ambas son importantes, y con este trabajo intentamos traer un poco de claridad neurobiológica a la pregunta”

Y con “arriba”, DiLeone hace alusión a las áreas más primitivas del cerebro, que son las que regulan los comportamientos alimentarios.

Hasta este momento, los científicos no habían podido explicar la relación entre la corteza prefrontal (centro de la toma de decisiones) y la regulación del apetito. Pero ahora, gracias a este nuevo trabajo, ya se vislumbra algo sobre esta relación.

Concretamente, comprobaron dicha relación usando la dopamina, un neurotransmisor responsable de la recompensa y el placer en el cerebro, y que también se relaciona con el apetito y la ingesta de alimentos.

La dopamina “concede premios” a nuestro cerebro, invitándolo a seguir y perseguir dichos premios (placer, en este caso). Si hay bajos niveles de dopamina cerebral, acabamos dejando de comer, y finalmente muriendo.

Así pues los investigadores activaron las neuronas del receptor D1 de dopamina en la corteza prefrontal de los ratones. Gracias a dicha estimulación, los ratones comían más, pero si se “apagaba” a estas neuronas, los ratones comían menos.

Curiosamente, esta vía de la dopamina que fue activada y desactivada por los investigadores también se cruza con otras áreas encefálicas, como la amígdala, responsable de las respuestas emocionales. Por ello, estos científicos creen que la conducta alimentaria también estaría regulada por una unión entre toma de decisiones (corteza prefrontal) y los centros emocionales primitivos del cerebro (amígdala).

Para concluir, los investigadores piensan que el conocimiento de esta región de circuitos cerebrales podría proporcionar la clave para elaborar nueva medicación para regular las conductas alimentarias. Una nueva farmacoterapia contra la obesidad.

Vía | Nature Neuroscience.

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