Veneno de anémona para la creación de nuevos insecticidas

Muchos de los insectos que habitan en la Tierra pueden llegar a ser una verdadera molestia para los humanos y no me refiero a una simple mosca que está dando por saco todo el rato, vamos, una mosca cojonera. Me refiero a insectos que transmiten enfermedades (como los mosquitos) o que pueden echar a perder cosechas enteras. Cuando un inofensivo insecto se convierte en plaga es cuando tenemos que actuar y es contra ese tipo de insectos contra los que hay que luchar, el resto están bien como están.

Para luchar contra ellos, los humanos hemos desarrollado sofisticados insecticidas pero los insectos van evolucionando poco a poco para hacerse resistentes contra ellos así que la tecnología de los insecticidas está en continuo proceso de mejora.

Las anémonas: nuestras nuevas aliadas en la lucha

Primero recordemos que las anémonas son los animales marinos equivalentes a las medusas pero que viven ancladas a un sustrato. Un equipo de investigadores de la Universidad de Lovaina (Bélgica) ha publicado un nuevo hallazgo en la revista The Journal of the Fedaration of American Societies for Experimental Biology (FASEB journal) sobre cómo el veneno de las anémonas nos puede ser útil en esta batalla.

Estudiaron a fondo la estructura de las toxinas de la anémona marina Anthopleura elegantissima (en la imagen de portada) y han descubierto que tienen todas las papeletas para convertirse en una nueva generación de insecticidas que respetan el medio ambiente y evitarían la resistencia de los insectos. 

Estas toxinas desactivan los canales iónicos implicados en el dolor y la inflamación, por lo que también podrían utilizarse en un futuro para el desarrollo de nuevos fármacos que ayudarían a tratar enfermedades humanas como trastornos cardíacos, epilepsia, otros trastornos convulsivos, esclerosis múltiple o el dolor en sí mismo.

Tal vez este avance nos ayude a concienciarnos un poquito más sobre la importancia que tiene la preservación de los océanos y de los animales que allí viven. El hecho de que una medusa o una anémona nos pique no significa que sean nuestros enemigos.

Fuente: FASEB, Science Daily

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