Juego de Tronos y la ciencia de los cambios de estación

Nos gusta la ciencia. Nos gusta Juego de Tronos. Si los juntamos debería gustarnos aún más, ¿no? Pues eso es lo que vamos a hacer. En particular nos centraremos en el clima y las estaciones impredecibles. Vamos a explorar las distintas realidades científicas que pueden dar lugar a un mundo como el de Juego de Tronos en el que a pesar de existir civilizaciones con un cierto grado de desarrollo, las estaciones son algo impredecibles.

Lo primero que debemos pensar es que si damos una explicación científica a los cambios de estaciones, estos serán precedibles. Para esto los principales candidatos son sistemas caóticos ya que una mínima desviación inicial tiene grandes efectos a corto y largo plazo. Otra idea es encontrar sistemas planetarios y condiciones que hagan imposible la predicción con la tecnología y el desarrollo científico de la sociedad que se retrata en Juego de Tronos.

Órbitas excéntricas, una explicacion sencilla

Los planetas del Sistema Solar tienen órbitas casi circulares y por eso las estaciones duran casi lo mismo todas ellas. Podríamos imaginar que el sistema planetario de Juego de Tronos está compuesto por planetas con órbitas muy excéntricas, muy elípticas. Esto significaría que el verano (que en este caso sería cuando el planeta está cerca de su Sol) duraría menos que el invierno, pero es un sistema demasiado sencillo para ser “impredecible”.

Hay que destacar que en la Tierra las estaciones no se deben a la proximidad o lejanía del Sol sino a la inclinación que tiene la Tierra, o más concretamente a su eje de rotación. Es por esto que a pesar de estar más cerca del Sol en Enero, en el hemisferio norte es inviero. Si que es cierto que en el hemisferio sur tenemos temperaturas un poco más extremas porque las estaciones frías coinciden con lejanía al Sol y las cálidas con el paso cerca del Astro Rey.

Un Sol variable, la mejor explicación

Otra opción de gran interés astronómico y que podría explicar a la perfección el clima de Juego de Tronos es la de una estrella variable. Nosotros estamos acostumbrados a un Sol que tiene un brillo prácticamente constante, sin embargo esto no siempre es así. Existen muchas estrellas cuyo brillo varía con el tiempo; algunas lo hacen de forma regular, como pulsaciones, mientras que otras lo hacen de forma completamente impredecible.

Suponiendo que en el planeta de Juego de Tronos las estaciones estuvieran determinadas por el brillo de la estrella, y que esta tuviera un comportamiento impredecible, todo encajaría. No seríamos capaces de predecir cuándo llegará o cuánto durará la siguiente estación manteniendo los principios físicos que conocemos. Pero da explicación a las estaciones de Juego de Tronos con una estrella variable no es elegante, y no suena muy probable que ocurra realmente.

Sistemas complejos para explicar las estaciones de Juego de Tronos

Lo que sí podría ser la solución definitiva al problema de Juego de Tronos sería una combinación de estos factores e incluso unidos a otros más esotéricos. Por ejemplo si el planeta en cuestión tiene una inclinación que varía con el tiempo, las estaciones se vuelven más difíciles de predecir. O si por ejemplo tuvieramos dos estrellas haciendo de Sol, aunque aquí habría que tener en cuenta que una debería ser un agujero negro, enana blanca o similar, ya que en los libros de Juego de Tronos no se hace mención a la existencia de 2 soles.

Así pues, ya véis que el mundo de Juego de Tronos no es tan fantasioso como parece, o al menos podría no serlo. En el tema de las estaciones o el clima está claro que un mundo así es posible. Ahora solo queda seguir viendo la serie con este pequeño extra de conocimientos o, si alguno se aburre, pensar otros posibles escenarios y hasta incluso hacer los cálculos de comprobación (para el que se aburra mucho más).

Vídeo | Sixty Symbols

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