Las dos emociones que aumentan el riesgo de infarto hasta un 750% – Medciencia

riesgo de infarto

Que bajo determinadas circunstancias nuestras emociones sean capaces de llegar a provocarnos un infarto o ataque cardíaco, no es algo nuevo. De hecho, ya hemos hablado sobre cómo cuidar nuestro corazón en base a nuestro bienestar emocional. Sin embargo, hemos sido un poco generalistas en ese sentido, sin centrarnos específicamente en qué tipo de emoción aumenta más el riesgo de infarto que otra, o si hay algún tipo en especial que lo haga destacando sobre el resto. Hoy sí vamos a centrarnos y ser específicos, pues un nuevo estudio afirma que existen dos tipos de emociones en especial que aumentan el riesgo de infarto hasta un 750% (o más) tras dos horas de haber sufrido dichas emociones.

La ira y la ansiedad aumentan el riesgo de infarto entre 8,5 y 9,5 veces

riesgo de infarto por emociones intensas

Según un reciente estudio, publicado en el European Heart Journal: Acute Cardiovascular Care, el riesgo de ataque al corazón aumenta 8,5 veces en las dos horas siguientes a emociones intensas de ira y ansiedad. De hecho, un ataque de ansiedad puede ser incluso peor, aumentando la posibilidad de infarto hasta 9,5 veces.

Realizando una escala del 1 al 7, la ira intensa se clasificó como un 5, refiriendo esta emoción como “muy enfadado, tensión corporal, puños o dientes apretados y a punto de estachar”; en comparación al 7, que sería “enfurecido, fuera de control”.

Así lo comenta el Dr. Thomas Buckley, autor principal del estudio:

“Nuestros resultados confirman lo que ya se había sugerido en estudios previos y en evidencias anecdóticas, incluso en las película, que los episodios de ira intensa pueden ser un desencadenante de un ataque al corazón.

Los datos muestran que el mayor riesgo de infarto no es necesariamente cuando nos encontramos enfadados, sino que puede surgir hasta dos horas después de dicho episodio de ira”

Según comentan Buckley y sus colegas tras entrevistar a 313 pacientes que habían sufrido infartos a partir de emociones intensas los dos días anteriores, los factores desencadenantes de ira intensa se asociaron a discusiones familiares (29%), discusiones con amigos (42%), ira en el trabajo (14%) o ira mientras conducían (14%). Además, también detectaron que la ansiedad hacía más propensos a los individuos a sufrir un ataque cardíaco, pues los altos niveles de ansiedad se asociaron a un riesgo de hasta 9,5 veces mayor en las dos horas siguientes al episodio de ansiedad.

Las conclusiones del estudio afirman que este aumento del riesgo de infarto debido a la ira o ansiedad se asociaría probablemente a un aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el endurecimiento de los vasos sanguíneos y el aumento de la coagulación durante los episodios emocionales.

Eso sí, como bien afirma Buckley, el riesgo absoluto de sufrir un infarto asociado a emociones intensas es bajo, en otras palabras, del total de infartos cardíacos, tan solo un 2% se deben a estas emociones. Sin embargo, si se experimentan episodios intensos de ira o ansiedad, el riesgo aumenta en ese momento y hasta dos horas después de 8,5 a 9,5 veces, por lo que aunque el riesgo absoluto seas bajo, el peligro está muy presente y hay que tenerlo en cuenta.

Vía | Spring.

Fuente | European Heart Journal: Acute Cardiovascular Care.

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