Las redes sociales dan placer a nuestro cerebro

Si, lo sé, últimamente todo provoca placer al cerebro. Parece ser que la Dopamina aspira al monopolio hormonal en nuestra mente, ¿no? Quién sabe, como siempre digo, apenas sabemos nada de este curioso órgano que llega a consumir el 20% de la energía que conseguimos de nuestra alimentación.

Hace poco os conté como se produce una adicción, a grandes rasgos. Y, profundizando más, os conté como podía darse esta adicción gracias a la tecnología y a nuestras ansias de novedad, y como esto nos producía placer liberando elevadas dosis de Dopamina. Esta vez la liberación de Dopamina correrá a cargo de las redes sociales, pero no por la necesidad de novedad, sino por el placer que nos provoca hablar de nosotros mismos (si es que, en el fondo, somos unos narcisistas…).

Según diferentes investigaciones, dedicamos entre el 30 y el 40% de nuestro discurso a hablar de nosotros mismos. Y, cuando hablamos en medios tecnológicos (redes sociales), este porcentaje llega hasta el 80%. Como esto no sucede en otras especies, un equipo de la Universidad de Harvard ha querido determinar porque si nos pasa a nosotros.

De esta manera, este equipo de investigadores analizó que zonas cerebrales se iluminaban cuando diferentes participantes en su experimento hablaban de si mismos, o de los demás. También quisieron comprobar si a los participantes les atraería más el hecho de poder hablar de si mismos o preferirían cobrar dinero (ya que, en otros experimentos, se ha comprobado que preferimos visualizar fotos sexys antes que recibir dinero, por ejemplo). Finalmente, parece ser que los participantes rechazaron el dinero, preferían hablar de si mismos.

¿Qué zonas cerebrales creéis que se activaron? ¡Premio! Las zonas estimuladas al hablar de nosotros mismos son los mismísimos circuitos del placer, activos también cuando comemos, tenemos sexo, o en las adicciones, como ya os expliqué hace unos días.

Como nos comentan los autores del estudio:

“De la misma forma que los monos renuncian al jugo para ver a los compañeros del grupo dominante, y los universitarios están dispuestos a dar dinero para ver a miembros atractivos del sexo opuesto, los participantes estaban dispuestos a renunciar al dinero para pensar y hablar sobre ellos mismos”

Y aquí es donde llegamos al gran éxito de las redes sociales como Facebook, Twitter o Pinterest, entre otras, que nos permiten llenar nuestros perfiles sobre pensamientos propios, nos permiten hablar todo lo que queramos y más sobre nosotros mismos y que lo vean otras personas.

Una de las cosas curiosas del estudio fue la activación de un área cerebral llamada córtex prefrontal medial, responsable de los pensamientos autoreferenciales, y que se encontraba más activa cuando los individuos compartían sus reflexiones personales con los demás en lugar de guardarlas para si mismos.

¿Por qué destaca la activación de esta área cerebral? Pues porque hay algo especial en esta forma de hablar en voz alta. No significa solo contar a la gente lo que estamos haciendo, sino lo que sentimos acerca de lo que estamos haciendo. Hablamos de nuestros pensamientos más que de nuestras acciones.

Ahora ya sabéis porque las redes sociales provocan esa “adicción”, que puede que no sea tal (no todo lo placentero en este mundo tiene que ser una adicción), pero que hace que volvamos una y otra vez a conectarnos, publicar, pensar, opinar… Lo dicho, en el fondo, somos tod@s un poco narcisistas.

Vía: Forbes.

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