A lo mejor la pregunta que da título a este artículo nunca nos la hemos hecho, pero como veremos es interesante no dar por supuesto nada, hay que comprobar todos los datos.

La respuesta a la pregunta parece clara. Obviamente diríamos que una vaca no contamina nada, es más diríamos, detrás de esta pregunta seguro que hay algún lobby de la industria automovilística presionando para hacernos creer que una vaca contamina mucho y es la responsable de toda la polución que hay.

Con este artículo no pretendemos indicar que la culpa del brusco cambio climático que estamos viviendo no es del ganado, porque es del ser humano, sino que trataremos de reflexionar en un tipo de contaminación que no se le había dado mucha importancia.

A diferencia de otros sectores como son los energéticos, la construcción, etc. que se enfrentan a grandes presiones políticas y regulatorias para hacerse más ecológicos, la ganadería ha estado menos vigilada. Ahora políticos, ganaderos y científicos han comenzado a buscar soluciones.

El metano, un gran problema

Este gas de efecto invernadero, tiene un período de vida en la atmósfera, mucho más corto que el dióxido de carbono, pero es mucho más eficiente el metano a la hora de retener la radiación que el CO2.

El impacto comparativo del metano en el cambio climático es unas 20 veces mayor que el CO2 a lo largo de un período de 100 años.

El ganado fabricando metano, ¿cómo lo hace?

Por más imaginación que le echemos, las vacas no se van a poner unas batas de laboratorio, unas gafas profetas y guantes de látex en pezuñas, van a comenzar a producir químicamente metano.

La forma en la cual libera el ganado produce el metano son la producción de excrementos y la fermentación entérica, que ocurre debido a que en los estómagos de las vacas habitan bacterias que ayudan a digerir y convertir en energía la celulosa de la hierba que ingieren. El resultado de este proceso es el metano, expulsado a través de flatulencias y eructos por parte de las vacas.

El problema del aumento del consumo de carne

En China, India y Brasil, el consumo de carne roja se ha incrementado un 33% en la última década, y se espera que se duplique a nivel global de aquí al 2050.

Este incremento en el consumo, requerirá mayor producción de carne, y esto a su vez, llevará a que haya que crear nuevos pastos.

Sería necesario labrar mayor cantidad de tierra para alimentos importados entre los que se encuentra la soja, lo cual contribuye a la tala de selvas tropicales, en particular en Sudamérica.

La tala de árboles resta al planeta capacidad de amortiguar las emisiones de gases contaminantes que ha habido, hay y habrá, al ser las masas forestales “sumideros de carbono”, al absorber el dióxido de carbono.

Este aumento en la demanda de carne, como indica Lawrence Wrixon, director ejecutivo de la Secretaría Internacional de la Carne, va a ser progresivo. Su labor es hacer lo más sostenible posible este rápido crecimiento en demanda.

Reducción de emisiones de gases contaminantes del ganado

En Sterksel, Holanda, se está produciendo electricidad a partir de estiércol de ganado porcino, en lugar de bovino.

Se utilizan los desechos de miles de cerdos, que combinados con materiales de desperdicios alimenticios locales, son bombeados a digestores anaeróbicos, que son grandes depósitos en los que el estiércol se calienta hasta los 100ºC. En este lugar es donde las bacterias liberan el metano del interior, que es quemado para generar calor y electricidad.

Científicos de Argentina están ajustando las vacas con mochilas de metano, instalando mangueras en su primer estómago, donde se forma la mayor parte del metano. Este equipo tiene sensores que registran cómo ocurre el proceso de formación de este gas, para que los científicos puedan entender cómo el metano se forma dentro de una vaca.

Con las investigaciones sobre las mangueras se podría llegar a diseñar pastillas y aditivos alimentarios, que estuvieran permitidos y correctamente legislados por las autoridades sanitarias y alimentarias, para lograr que el ganado, bien por el estiércol o bien por eructos libere menos metano a la atmósfera.

Concluyendo

Aunque se está descubriendo que no sólo el hombre emite gases contaminantes a la atmósfera, sería muy infantil echarle la culpa del cambio climático a las vacas, porque ahora podría haber gente que dijera, sí, las vacas y el ganado son los culpables de nuestra situación.

Hay que asumir la parte de culpa (toda) en el abrupto cambio climático en el que nos encontramos, y una vez reconocido este hecho (que hay gente que no lo quiere hacer), trabajar para arreglar el “desaguisado” en el que estamos metimos.

 

Fuentes: Día Siete, El Universo y United States Environmental Protection Agency

Imagen: Encontrados

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