El amor romántico SÍ puede permanecer a largo plazo – Medciencia

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En la ciencia del amor se da por asumido que el amor romántico y apasionado solo dura unos años como máximo pues luego los sistemas encargados de producir esa euforia se “atrofian”, se cansan de producir tal respuesta química. Hoy vamos a desvelar uno de los estudios pioneros sobre el amor a largo plazo. Veremos qué diferencias hay entre los que mantienen la misma activación cerebral que las parejas recién enamoradas pasado un largo tiempo. ¿Qué determina que ese amor tan intenso perdure?

El estudio:

Este estudio, publicado en la revista “Social Cognitive and Affective Neuroscience”, estudió por primera vez las regiones cerebrales asociadas con el amor a largo plazo. Para sorpresa de todos parecen ser las mismas que actúan en el amor a corto plazo.

Los investigadores compararon las imágenes de escáneres cerebrales (mediante resonancia magnética funcional) de parejas felizmente casadas durante muchos años (con una media de unos 21 años de matrimonio) y que manifestaban amor intenso y romántico por su pareja contrastándolas con las imágenes de parejas recientemente enamoradas (individuos evaluados el año anterior con el mismo método, con menos de un año de enamoramiento). En concreto 10 mujeres y 7 hombres casados fueron evaluados, se evaluó la respuesta cerebral de los sujetos al visualizar imágenes de la cara de su pareja en contraste con familiares o conocidos. Estas imágenes cerebrales mostraron que había activación similar, en las mismas áreas (específicas) tanto para el amor en estadios tempranos como para aquel que ya está en fases más tardías.

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Los resultados:

La respuesta asociada a los sistemas de refuerzo cerebrales, considerada típica del amor en fases iniciales parecen poder mantenerse a largo plazo, pero además asociándose con sistemas encargados del apego y de los lazos de pareja. Concretamente se encontró que en los cerebros con enamoramiento a largo plazo:

  • Las áreas de refuerzo (sistema dopaminérgico) en los ganglios basales (como el área tegmental ventral o el estriado  dorsal) presentan una activación consistente con el enamoramiento inicial. Este es el descubrimiento más revelador ya que tradicionalmente se postulaba que esta respuesta fisiológica era insostenible a largo plazo y solo aparecía en las etapas iniciales de la fase de enamoramiento.
  • Activación en regiones implicadas en el apego materno (por ejemplo el globo pálido, la sustancia negra, el tálamo, núcleo del rafe, córtex insular y cingulado anterior y posterior).

A estos resultados se añadieron además otros comparados con correlatos empíricos (pruebas) que demostraran su implicación en las conductas y el enamoramiento, para esto compararon la activación de los sujetos con las respuestas a cuestionarios:

  • Las respuestas del área tegmental ventral y el caudado correlacionan con puntuaciones en cuestionarios de amor romántico e inclusión del otro en el propio self (el yo), así como cercanía con la pareja.
  • Las respuestas del globo pálido correlacionan con puntuaciones en cuestionarios sobre amor basado en la amistad.
  • Las respuestas del hipocampo posterior y el hipotálamo correlacionan con la frecuencia sexual.
  • Las respuestas del caudado, el septum/fórnix, el cingulado posterior y el hipocampo posterior correlacionan con la obsesión.

Los investigadores de este estudio postulan que la respuesta de del sistema de refuerzo presente en el área tegmental ventral puede permanecer porque enlaza los sistemas motivacionales con los de refuerzo.

Unos sistemas que no están presentes en el amor romántico inicial pero si en el amor a largo plazo son los sistemas serotoninérgicos y opioides. Estos proporcionan la sensación de calma típica de relaciones más largas y asociada a un menor estrés y dolor.

Esto demuestra que el amor y su correlato cerebral no tiene por qué tener fecha de caducidad. Tras encontrar esto se propusieron averiguar que factores son los qué habían estado asociados con la permanencia de esa activación similar a la que había los primeros meses de enamoramiento y que probablemente era la clave del amor que se mantenía a largo plazo.

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¿Cómo se mantiene ese amor romántico a largo plazo?

Siguiendo los resultados del estudio y las respuestas a los cuestionarios, los investigadores descubrieron que factores estaban asociados a esa respuesta fisiológica o neurológica típica del enamoramiento, por lo tanto podemos saber que conductas están asociadas a esas respuestas. Estas son algunas:

  • Estas parejas mostraban una alta frecuencia de encuentros sexuales. Esta alta frecuencia se asociaba con activación en el hipocampo posterior izquierdo. A mayor activación en este área mayores niveles de pasión en los cuestionarios. Entonces sí es posible que se mantenga una alta actividad sexual aún pasados muchos años de relación. Aquí se desbanca otro mito. La intensidad, la pasión y la atracción sexual sí pueden permanecer a largo plazo. Este área del hipocampo se asocia con el deseo y parece ser que con la memoria de los estímulos que conducen al refuerzo.
  • El amor romántico es un deseo de unión y motivación para unirse al otro y este esta mediado por el sistema dopaminérgico. A largo plazo se une a la activación del estriado dorsal que se encarga de las conductas dirigidas a un fin. Esta motivación es la que mantiene la cercanía y la unión en las parejas a largo plazo. Según el IOS (cuestionario que evalúa la inclusión del otro en nuestro propio self) esto es lo que promueve la unión y la cercanía.
  • Las regiones como el tálamo y la sustancia negra, que antes hemos comentado están asociadas al apego maternal y también presentes en el amor a largo plazo son las que están asociadas a la tan conocida oxitocina y también a la vasopresina. Estas regulan la conducta social, la unión y la monogamia.
  • Otro dato interesante es que el rafe dorsal es un área involucrada en la respuesta al dolor y el estrés, parece ser que el sistema de apego que activa cuando se desarrolla en una relación romántica tiene la función de generar esa sensación de seguridad. Asociarnos con una figura de seguridad reduce los niveles de estrés y dolor.
  • El estudio demuestra que hay diferencias entre el amor romántico (el querer a la otra persona, mediado por el sistema dopaminérgico) y el amor de la amistad (la otra persona nos gusta pero nada más, más asociado al sistema opiáceo). En el amor a largo plazo permanece la activación del primero pero añadiéndose la del segundo. Algunos estudios han demostrado que puede llevar hasta dos años desarrollar un lazo de apego fuerte.

 

Conclusiones:

Parece ser que el amor a largo plazo es una conducta dirigida a una meta, la meta de obtener refuerzos. Estos refuerzos pueden ser la seguridad, la reducción de la ansiedad, la unión con otro ser, sentir seguridad, etc… La conducta de hacer feliz al otro es una forma de mantener nuestro propio sistema de refuerzos. Pero además en las relaciones a largo plazo parece ser clave incorporar a la otra persona en la propia concepción que tenemos de nosotros mismos.

Sin duda es un alivio y algo muy motivador el saber que el amor romántico, apasionado, tierno y profundo puede mantenerse (y enriquecerse) con los años.

Los puntos clave para conseguirlo:

  1. Buscar la unión con la otra persona.
  2. Atención focalizada.
  3. Energía aumentada con la pareja.
  4. Motivación por hacer cosas que mantengan a la pareja feliz (lo cual por rebote nos hará felices a nosotros).
  5. La atracción sexual y el pensar en el otro cuando se están separados.

A este estudio tal vez le falta un contraste con parejas en las que las cosas no van bien o el enamoramiento ha desaparecido para comprobar si en esas mismas áreas desaparece la activación. Pero sin duda va a abrir cambios en el campo de la concepción biológica del amor.

Fuente: Oxford Journals, Psychology Today.

Imagen: Wikimedia Commons.

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